: . La mujer sin rostro la había increpado de pronto: -Óyeme. Soy tu futuro, ¿querrás escucharme? . Pero no iba a querer, así que en cuanto el metro dio la primera curva, ella saltó. . Hacía tiempo que lo tenía decidido.
Es que la mujer del futuro era muy impertinente y un poco borrosa. Si hubiese sido más dulce y clara a lo mejor estarían tomándose unos cafés juntas. Buen micro. Besos
La verdad es que murieron las dos. El presente y el futuro se convirtieron en pasado. Eso, por no hacer caso del futuro, que no debía ser muy alagüeño. Un beso.
Corina, la mujer sin rostro era tan borrosa como su futuro, cierto. ;-)
Selma, es verdad que suelo utilizar fotos que sirven de apoyo a los distintos micros, pero también procuro que los textos signifiquen por sí mismos, sin necesidad de tener que recurrir a la fotografía para desvelar su sentido. En este caso, el futuro, que acostumbra a ser siempre esperanzador como apuntas, no podrá hacer nada por ella, tal y como comenta Antonio.
Antonio, me pareció interesante enfrentar el presente y el futuro de la protagonista para ver qué tipo de encuentro se daba entre ambos. Yo creo que si nuestro presente pudiera ver, anticipar, ciertos hechos de nuestro futuro, los rechazaríamos de plano; lo que no quiere decir que en el momento en que se desarrollan los hechos, no los aceptemos como naturales, tal como nos llegan...
Rafa, no sabemos si el futuro iba a ser halagüeño (¿quién sabe?), de hecho, no tiene rostro. Como bien dices, "el presente y el futuro se convirtieron en pasado". O acaso: el pasado se convirtió en su único presente y futuro posibles. ;-)
Herman, a veces el futuro no llega a cumplirse, ¿no lo crees tú así? En cualquier caso, tenía pocas posibilidades, jaja.
Maria Eugènia, me alegra que vayas recuperándote. Petons
Blog author, gracias. A mí también me lo parece.
Adanero, ¡claro! El futuro se le presenta para pedirle que la deje vivir.
Izaskun, te conozco de casa de Joseba, ¿verdad? Gracias por tus palabras y bienvenida.
Su pasado pudo más que su futuro, eso es. Besos, Condesa.
Isabel, como dice Blog author más arriba, a veces lo breve es más eficaz. Gracias a ti también y bienvenida.
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Es que la mujer del futuro era muy impertinente y un poco borrosa. Si hubiese sido más dulce y clara a lo mejor estarían tomándose unos cafés juntas.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos
No tenía porque temer, todo y tener el rostro difuminado se le adivina dulce, aunque en su postura esta mujer aparente autoridad e impaciencia...
ResponderEliminarUna abraçada.
Qué curioso: la mujer del futuro llega tarde para quien ya tiene aparejado su futuro. Muy bueno, Mega.
ResponderEliminarLa verdad es que murieron las dos. El presente y el futuro se convirtieron en pasado. Eso, por no hacer caso del futuro, que no debía ser muy alagüeño.
ResponderEliminarUn beso.
Salud y República
Al pulsar en botón, he visto con horror que se escapaba "alagüeño", donde debía decir halagüeño.
ResponderEliminarSalud y República
El futuro se suicida. Maravillosa ocurrencia, Mega.
ResponderEliminarHola guapísima,estoy un poco mejor, paso a saludarte.
ResponderEliminarDebo decir que la sencillez siempre es mas atractiva. Parece que te salen muy naturales los textos cortos. Esto es un gran hallazgo. Felicidades.
ResponderEliminar:)
Que a uno le hable su futuro suena un poco a que su presente se ha muerto.
ResponderEliminarUn abrazo mi estimada, autoritaria e impaciente Mega.
Muy bello encuentro de tiempos.
ResponderEliminarUn saludo,
Izaskun
Consiguió burlarse de su propio futuro... ¡qué más da que tuviera o no rostro si ella ya lo tenía decidido de antemano..!
ResponderEliminarBesos MegaMaga.
Permíteme felicitarte, me gusta mucho este microrrelato. Impacta. Un buen complemento la fotografía.
ResponderEliminarCorina, la mujer sin rostro era tan borrosa como su futuro, cierto. ;-)
ResponderEliminarSelma, es verdad que suelo utilizar fotos que sirven de apoyo a los distintos micros, pero también procuro que los textos signifiquen por sí mismos, sin necesidad de tener que recurrir a la fotografía para desvelar su sentido. En este caso, el futuro, que acostumbra a ser siempre esperanzador como apuntas, no podrá hacer nada por ella, tal y como comenta Antonio.
Antonio, me pareció interesante enfrentar el presente y el futuro de la protagonista para ver qué tipo de encuentro se daba entre ambos. Yo creo que si nuestro presente pudiera ver, anticipar, ciertos hechos de nuestro futuro, los rechazaríamos de plano; lo que no quiere decir que en el momento en que se desarrollan los hechos, no los aceptemos como naturales, tal como nos llegan...
Rafa, no sabemos si el futuro iba a ser halagüeño (¿quién sabe?), de hecho, no tiene rostro. Como bien dices, "el presente y el futuro se convirtieron en pasado". O acaso: el pasado se convirtió en su único presente y futuro posibles. ;-)
Herman, a veces el futuro no llega a cumplirse, ¿no lo crees tú así? En cualquier caso, tenía pocas posibilidades, jaja.
Maria Eugènia, me alegra que vayas recuperándote. Petons
Blog author, gracias. A mí también me lo parece.
Adanero, ¡claro! El futuro se le presenta para pedirle que la deje vivir.
Izaskun, te conozco de casa de Joseba, ¿verdad? Gracias por tus palabras y bienvenida.
Su pasado pudo más que su futuro, eso es. Besos, Condesa.
Isabel, como dice Blog author más arriba, a veces lo breve es más eficaz. Gracias a ti también y bienvenida.
Abrazos grandotes