..
Cuando era niña le gustaba morderse los labios hasta provocarse llagas; las uñas hasta el límite mismo de rompérselas; los dedos hasta hacerlos sangrar.
Ahora que es ya mayor le gusta pintarse los labios para redefinirlos; las uñas para aumentarlas; los dedos, de negro tiznado, para devolverlos a su verdadera naturaleza de bruja piruja.
Cuando el tiempo era un océano inagotable, hacerlo peligrar.
ResponderEliminarCuando el tiempo ya no es tanto, mantenerse.
¡Qué tierna bruja!
...edos, de negro tiznado, para devolverlos a su verdadera naturaleza de bruja piruja que esconde un hada pizpireta que en vez de varita toma un lápiz y escribe, escribe y escribe cuentos donde descubre su verdadera nat...
ResponderEliminaray Mega...me he quedado leyendo el texto una y otra vez con ganas de ponerte algo y sin saber muy bien el que...
ResponderEliminarsolo que me gusta...mucho...
Nán, Joseba y María, gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarAquí está, está, está el conejo de Alicia que siempre llega tarde.
ResponderEliminar¿Eso quiere decir que cuando llegamos a cierta edad perdemos la capacidad de cambiar las cosas y sólo las maquillamos? ¿O quiere decir que antes intentábamos maquillarlas, cambiándolas y ahora las dejamos aflorar? ¿La bruja piruja es la que dejar crecer y pinta sus uñas o, por el contrario, la que muerde y hace sangrar?
Jeje y luego resulta que es a mí a quien le gustan los trampantojos... No está tan claro tu texto como parece, no está tan claro.
Abrazos mordidos y pintados
O quiere decir, tal vez, que la infancia muestra la naturaleza de las cosas en estado puro; mientras que la edad adulta maquilla esa misma naturaleza para realzarla, adornarla, decorarla, embellecerla, en definitiva...
ResponderEliminarAhora bien, la bruja aunque se vista de seda, bruja se queda...
;-)