Cuatrocientos noventa y uno
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Tal vez sea la soledad la única forma de vivir en paz, si no con uno mismo, al menos con los otros.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
sin ninguna duda
ResponderEliminarUn abrazo grande, Elena.
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