. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Verdad, a pesar que hay estados ingobernables. Saludos con historia anímica.
ResponderEliminarY la disposición en la que ese estado de ánimo te deja es la clave, para bien o mal, de lo que hacemos.
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