Sólo el verdadero odio une a los amantes para siempre.
...jueves, 27 de febrero de 2014
martes, 25 de febrero de 2014
jueves, 20 de febrero de 2014
Berlín 2014
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Ya estoy de nuevo en Berlín. Después de instalarnos, he revisado el contenido de unas cajas que dejé allí ex profeso cuando regresamos a Barcelona. Son tres recipientes de tamaños distintos. Abro la primera, veo un sobre grande y blanco, le doy la vuelta y leo, escrito de mi puño y letra en una de sus esquinas: "Al tiempo le gusta brujulear como si estuviera encerrado en un reloj ingrávido". Seguía estando conforme: a mí me agrada especialmente la ingravidez de esta ciudad.
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Ya estoy de nuevo en Berlín. Después de instalarnos, he revisado el contenido de unas cajas que dejé allí ex profeso cuando regresamos a Barcelona. Son tres recipientes de tamaños distintos. Abro la primera, veo un sobre grande y blanco, le doy la vuelta y leo, escrito de mi puño y letra en una de sus esquinas: "Al tiempo le gusta brujulear como si estuviera encerrado en un reloj ingrávido". Seguía estando conforme: a mí me agrada especialmente la ingravidez de esta ciudad.
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lunes, 10 de febrero de 2014
Un continente precipitado
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Bastaba cerrar los ojos para vislumbrar la trama en la que mi casa era escenario y sustancia de cuanto me constituía; y yo, un continente irremediablemente contenido, a salvo -o eso creí- de cualquier borrasca inoportuna. Esta vez, no obstante, el sueño mostró las baldosas del cuarto de baño abriéndose raudas al baño del cuarto, como el dique que franquea sus compuertas sin estorbo, mientras una cantinela de pesadilla transpiraba entre bostezos su pequeño ahogo cotidiano. Me acomodé mejor la almohada. Seguí durmiendo.
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Bastaba cerrar los ojos para vislumbrar la trama en la que mi casa era escenario y sustancia de cuanto me constituía; y yo, un continente irremediablemente contenido, a salvo -o eso creí- de cualquier borrasca inoportuna. Esta vez, no obstante, el sueño mostró las baldosas del cuarto de baño abriéndose raudas al baño del cuarto, como el dique que franquea sus compuertas sin estorbo, mientras una cantinela de pesadilla transpiraba entre bostezos su pequeño ahogo cotidiano. Me acomodé mejor la almohada. Seguí durmiendo.
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miércoles, 5 de febrero de 2014
La música de las sirenas, ed. de Javier Perucho
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Contenta de formar parte de esta antología sirenóloga, a cargo del editor mexicano Javier Perucho.
Con Lilian Elphick, Diego Muñoz Valenzuela, Juan Epple, Juan Romagnoli, Sandra Bianchi,
Contenta de formar parte de esta antología sirenóloga, a cargo del editor mexicano Javier Perucho.
Con Lilian Elphick, Diego Muñoz Valenzuela, Juan Epple, Juan Romagnoli, Sandra Bianchi,
Isabel Mellado, Susana Camps Perarnau, Ginés Cutillas, Fermín López Costero, Antonio Serrano Cueto, Nana Rodríguez, Ana María Shua, Raúl Brasca, Daniel Ávila y otros muchos.
martes, 4 de febrero de 2014
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"