. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Porque el odio es la otra cara de la misma moneda.
ResponderEliminarTremendo, MegaMaga.
ResponderEliminarUn abrazo hasta Berlín.
¡Abrazos de vuelta!
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