Cualquier país es una ficción absolutamente interesada que permite a unos pocos medrar a costa de unos muchos ávidos de sentir alguna cosa de forma colectiva y tristemente dirigida. Reconozco que desde muy pequeño padezco de una grave anemia nacionalista que me provoca extrañas mutaciones. Sin ir más lejos, ayer por la tarde, y durante unos veinte minutos, conseguí ser al unísono de dieciocho nacionalidades distintas, todas ellas con sus correspondientes razones históricas que las justificaban. Luego se me pasó y cené algo ligero.
Cualquier país es una ficción absolutamente interesada que permite a unos pocos medrar a costa de unos muchos ávidos de sentir alguna cosa de forma colectiva y tristemente dirigida. Reconozco que desde muy pequeño padezco de una grave anemia nacionalista que me provoca extrañas mutaciones. Sin ir más lejos, ayer por la tarde, y durante unos veinte minutos, conseguí ser al unísono de dieciocho nacionalidades distintas, todas ellas con sus correspondientes razones históricas que las justificaban. Luego se me pasó y cené algo ligero.
A mí la palabra nacionalismo me lleva a la imagen de cerrar una o varias puertas. Hay veces en que no se nadar entre tanta manipulación. Pero estoy a favor de la expresión libre de los pueblos, de la unión de sus gentes en esa cadena y comprendo los razonamientos de algunos de mis amigos. Abrazos.
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
No hay mayor verdad.
ResponderEliminarOcupa, en la obesidad con la que falsifica su vacío, el lugar de lo natural.
ResponderEliminarCualquier país es una ficción absolutamente interesada que permite a unos pocos medrar a costa de unos muchos ávidos de sentir alguna cosa de forma colectiva y tristemente dirigida. Reconozco que desde muy pequeño padezco de una grave anemia nacionalista que me provoca extrañas mutaciones. Sin ir más lejos, ayer por la tarde, y durante unos veinte minutos, conseguí ser al unísono de dieciocho nacionalidades distintas, todas ellas con sus correspondientes razones históricas que las justificaban. Luego se me pasó y cené algo ligero.
ResponderEliminarUn petó, Gemma.
Cualquier país es una ficción absolutamente interesada que permite a unos pocos medrar a costa de unos muchos ávidos de sentir alguna cosa de forma colectiva y tristemente dirigida. Reconozco que desde muy pequeño padezco de una grave anemia nacionalista que me provoca extrañas mutaciones. Sin ir más lejos, ayer por la tarde, y durante unos veinte minutos, conseguí ser al unísono de dieciocho nacionalidades distintas, todas ellas con sus correspondientes razones históricas que las justificaban. Luego se me pasó y cené algo ligero.
ResponderEliminarUn petó, Gemma.
A mí la palabra nacionalismo me lleva a la imagen de cerrar una o varias puertas.
ResponderEliminarHay veces en que no se nadar entre tanta manipulación. Pero estoy a favor de la expresión libre de los pueblos, de la unión de sus gentes en esa cadena y comprendo los razonamientos de algunos de mis amigos.
Abrazos.