Los aforismo matutinos tienen la gracia de la frescura. Los aforismos vespertinos tienen la certidumbre del hambriento. Los aforismos nocturnos tienen la hondura del bosque.
Todos los días se adentra el aforista y puede comenzar en sentido inverso.
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Los aforismo matutinos tienen la gracia de la frescura.
ResponderEliminarLos aforismos vespertinos tienen la certidumbre del hambriento.
Los aforismos nocturnos tienen la hondura del bosque.
Todos los días se adentra el aforista y puede comenzar en sentido inverso.
Abrazo sigiloso.