. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
La llegada es incierta. El arranque vaticina logros, y cuando se llega al noventa y cuatro y medio se comienza a dudar.
ResponderEliminarAbrazo para avanzados