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...El paisaje giraba y rugía como un remolino. Yo soñaba despierta, mientras contemplaba por la ventanilla el dibujo que trazaba a brochazos la velocidad. El conductor avanzaba impasible, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo. Un rato antes, el crucifijo del retrovisor había empezado a bailar algo parecido a una danza macabra. Cuando el autobús volcó, el disparador de la cámara alcanzó a captar la imagen de una Venus fugitiva. No hubo supervivientes.
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¡Guuuauuuuu!
ResponderEliminarEl estado de la narradora, sólido, líquido o gaseoso me fascina. Pero aún más el título.
Un millón de besos MegaMaga, en un día en el que Vd. y yo tendríamos que haber cenado juntas en Berlín, para celebrar el cumpleaños de Ricardito Wagner. Ya me escribirá largo y tendido sobre ese Holandés Errante de hace 4 días.
Coincido con Freia en lo que respecta al título, Gemma; es uno de esos en los que crecen los microrrelatos. Por lo demás, es la tensión en la que pones al lector a lo,largo de todo el texto lo que destaco. Tremendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Freia, lo cierto es que lo voy a ver esta misma tarde, a las 19:30 hh. en la Staatsoper im Schiller Theater. Prometo escribirte contándote mis impresiones. Un besazo
ResponderEliminarPedro, me alegran de veras tus palabras. Muchas gracias. Un abrazo
Fugaz, mi comentario se lo han llevado tus palabras, vertiginosas.
ResponderEliminarSobrevivo de milagro. Todo sea por Venus.
Abrazos a mil por hora.
No lo queremos saber, pero uno noca en cualquier momento en mitad de su vida.
ResponderEliminarotro error: "uno nace"
ResponderEliminarBello contraaforismo a modo de respuesta.
ResponderEliminarOtro beso