viernes, 1 de febrero de 2013

Desvelo

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Esta noche he soñado que alguien que me merece confianza me llamaba por teléfono para decirme que mi abuela seguía viva y que seguro que le daría una alegría si me animaba a visitarla. Luego, cuando estaba a punto de prepararme para verla de nuevo, me he despertado de golpe. Supongo que por la emoción anticipada. Y me he dicho que nada mejor que los cuentos de Lydia Davis para acunar el desconsuelo.

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* La foto, de Lola Valls, lleva por título "Otoño".
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5 comentarios:

  1. Por lo que he leído de Mrs Davis hasta ahora (de la mano de Fernando y de Juan) estoy de acuerdo; aunque -tengo la sensación- su virtuosismo para manejar el desasosiego del lector acaba logrando que se consuele por comparación con los personajes.

    Tengo el libro encargado a mi librero. Ya te contaré el resto de mi experiencia. Mientras tanto, seguiré recurriendo a Cheever, a Ford, a Carver o -aunque no encaje- a Lorrie Moore; con los mismos fines.

    Un abrazo,

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  2. "Acunar el desconsuelo" es una de mis actividades preferidas, lo que sucede es que soy yo el que acaba por dormirse desconsolado y él, sin consuelo posible, permaneciendo toda la noche bien despierto y a mi lado.

    Por suerte no he perdido el apetito.

    Gairebé colgats de neu, s'agraeix i molt l'escalforeta de venir per aquí.


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  3. Desconsuelo y desvelo van en demasiadas ocasiones de la mano... Anoto la receta para conjurar ambos.

    Un beso muy fuerte, MegaMaga... ¡Hasta bien prontito!

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  4. Lo conseguí en la biblioteca después de leer la reseña en La Nave, pero me temo que voy a tener que comprarlo, me está gustando demasiado.ñ

    Besitos

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  5. Pedro, a mí -leyéndola- me da la sensación de que lo que nos consuela es saber que no poseemos esa mirada suya afilada y lúcida como un cuchillo; fruto de una especie de hiperconciencia, de una lucidez sin concesiones, aunque al mismo tiempo una parte fundamental de su atractivo. Abrazos

    Josep, acunarse también es necesario. Sin ese gesto no habría reconciliación posible. Petons

    Freia, a mí, por extraño que parezca, me resulta una lectura de lo más edificante. Como si te calzaras unas gafas de aumento para verlo todo mientras lees. Más besos

    Elysa, a mí también me está gustando demasiado. ¡Fíjate que no lo quiero terminar! Besos y gracias



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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"