La brevedad incrustada en esta fotografía convierte a la estructura arquitectónica en un prisma que descompone la realidad en decenas de elementos distintos. Brillante.
No me había fijado, Jesus, pero me gusta la lectura que propones; como si la brevedad propiciara precisamente esa multiplicidad de caras y lecturas. Gracias y un beso
Preciso fogonazo de luz lo que propones (incluso las montañas que me circundan no son otra cosa que una suma enorme de brevedades abriendo infinitos espacios de hechuras poéticas).
Josep, la brevedad multiplica sus efectos, como la luz a la que te refieres.
Freia, de cristal líquido me imagino yo esas paredes...
Sergio, la inmensidad, apabulla, y por tanto coarta; por el contrario, me gusta pensar que la brevedad acrecienta -cualesquiera que estos sean- sus efectos.
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
La brevedad incrustada en esta fotografía convierte a la estructura arquitectónica en un prisma que descompone la realidad en decenas de elementos distintos.
ResponderEliminarBrillante.
Besos
No me había fijado, Jesus, pero me gusta la lectura que propones; como si la brevedad propiciara precisamente esa multiplicidad de caras y lecturas. Gracias y un beso
ResponderEliminarY esa foto es el infinito por un segundo (luego entra la piedra).
ResponderEliminarQué bellas palabras, Lara.
ResponderEliminarUn besón
Preciso fogonazo de luz lo que propones (incluso las montañas que me circundan no son otra cosa que una suma enorme de brevedades abriendo infinitos espacios de hechuras poéticas).
ResponderEliminarUn beso breve, aunque no por ello pequeño.
Y quizá también, de paredes transparentes y luminosas.
ResponderEliminarUn abrazo, Gemma querida.
Gemma, es verdad, la inmensidad procura el refugio. Cosas intimas que contiene el espacio.
ResponderEliminarAbrazos con punto de fuga.
Josep, la brevedad multiplica sus efectos, como la luz a la que te refieres.
ResponderEliminarFreia, de cristal líquido me imagino yo esas paredes...
Sergio, la inmensidad, apabulla, y por tanto coarta; por el contrario, me gusta pensar que la brevedad acrecienta -cualesquiera que estos sean- sus efectos.
Abrazos a los tres