Es cierto, hay gente que cuando no está, está mejor; también la hay que mejor sería que nunca hubiese estado. Personalmente, he aplazado un poco el no estar por si ocasionalmente se me manifiesta, en semejante situación, alguna forma malestar.
Coincido con tu concepción de bienestar y malestar. ¡Y también con tu elección personal! Un pe tó ben fort
A los visitantes de esta bitácora, voy a ausentarme unos 10 días. A mi vuelta, pienso estar (y bien estar) de modo tal que os compense de mi ausencia involuntaria (cuando no, de mi mal estar). Abrazos!!
Mientras "no estás", confieso que es el texto tuyo que más me cuesta roer. Se me ocurren tantas interpretaciones peregrinas, desde las más literales a las más vaporosas, que acabo siempre dentro de un un torbellino "malestante".
Bueno, Nano, aprovecho que no me he ido aún para quedar bien al menos contigo...
Este pensamiento me vino a la cabeza, fíjate tú, leyendo los relatos de Samuel Beckett, libro que ahora tengo entre manos. Tras leer uno de sus textos, en donde habla una voz narradora que parece de ultratumba en sentido literal, pensé que su sabiduría -la de esa especie de supraconciencia- consistía en aceptar que no siempre "no-estar supone por fuerza un malestar". Mutatis mutandis, deduje envalentonada que tal vez suponía en realidad un bienestar. Por descontado, no deja de ser una perogrullada. (Fue culpa de Beckett, lo prometo). Un besón
Pues resulta que yo he visto estas frases muy terrenales, vamos, de lo más cotidiano: niños que se inventan unas fiebres para no ir al cole o adultos gripes para ausentarse del trabajo. Y se quedan en su bienestar tan panchos.
Pero reconozco mucho más inspirador vuestros juegos de palabras.
Sergio, aquí estamos de nuevo. Un besazo y gracias por tu bien estar
También lo estoy yo por tus visitas, Isabel. A ver si consigo en adelante contextualizar un poco más estos textos para que se entiendan mejor (tal como fueron pensados). Un beso grande
Nano, sí a todo. Un abrazo
Olga, estoy muy bien y con ganas de anunciaros pronto algo. Quedan pocos días ya, pero si no lo hago pronto reviento. :-) Besos, sister (y mil gracias por estar)
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Es cierto, hay gente que cuando no está, está mejor; también la hay que mejor sería que nunca hubiese estado. Personalmente, he aplazado un poco el no estar por si ocasionalmente se me manifiesta, en semejante situación, alguna forma malestar.
ResponderEliminarDe todas todas, Gemma, contigo escojo estar.
Coincido con tu concepción de bienestar y malestar. ¡Y también con tu elección personal! Un pe tó ben fort
ResponderEliminarA los visitantes de esta bitácora, voy a ausentarme unos 10 días. A mi vuelta, pienso estar (y bien estar) de modo tal que os compense de mi ausencia involuntaria (cuando no, de mi mal estar). Abrazos!!
Mientras "no estás", confieso que es el texto tuyo que más me cuesta roer. Se me ocurren tantas interpretaciones peregrinas, desde las más literales a las más vaporosas, que acabo siempre dentro de un un torbellino "malestante".
ResponderEliminarBesos
Bueno, Nano, aprovecho que no me he ido aún para quedar bien al menos contigo...
ResponderEliminarEste pensamiento me vino a la cabeza, fíjate tú, leyendo los relatos de Samuel Beckett, libro que ahora tengo entre manos. Tras leer uno de sus textos, en donde habla una voz narradora que parece de ultratumba en sentido literal, pensé que su sabiduría -la de esa especie de supraconciencia- consistía en aceptar que no siempre "no-estar supone por fuerza un malestar". Mutatis mutandis, deduje envalentonada que tal vez suponía en realidad un bienestar. Por descontado, no deja de ser una perogrullada. (Fue culpa de Beckett, lo prometo). Un besón
Gemma, cuando estés para estar: estaremos.
ResponderEliminarCuídate por abrazo.
Pues resulta que yo he visto estas frases muy terrenales, vamos, de lo más cotidiano: niños que se inventan unas fiebres para no ir al cole o adultos gripes para ausentarse del trabajo. Y se quedan en su bienestar tan panchos.
ResponderEliminarPero reconozco mucho más inspirador vuestros juegos de palabras.
Besos y contenta siempre de estar aquí.
Aclarado el sentido con el que lo escribes, gracias. Porque hay tantas variedades de no-estar; pero SB era un maestro de una vertiente de no-estantes.
ResponderEliminarBesos para ti.
Espero que (no)estés muy bien estos días. Y también espero que vuelvas a estar, espero leerte pronto.
ResponderEliminarKisses, sister.
Sergio, aquí estamos de nuevo. Un besazo y gracias por tu bien estar
ResponderEliminarTambién lo estoy yo por tus visitas, Isabel. A ver si consigo en adelante contextualizar un poco más estos textos para que se entiendan mejor (tal como fueron pensados). Un beso grande
Nano, sí a todo. Un abrazo
Olga, estoy muy bien y con ganas de anunciaros pronto algo. Quedan pocos días ya, pero si no lo hago pronto reviento. :-) Besos, sister (y mil gracias por estar)
¡¡¡¡¡¿¿¿¿Siiiiiiiiii????!!!! ¿Has salido ya de cuentas?
ResponderEliminar¡Bieeeeen! Que tengo unas ganas de verlas bailar en papel...
Mil besos, Zauberinita!
Te mantendré informada, Freia querida. Mil abrazos!
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