Seis
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Retratar la propia sombra es para mí un autorretrato
veraz de la propia sombra.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
Querida sombra de Gemma: me asombra tu desparpajo y me quito el sombrero, pero que sepas que no nos engañas.
ResponderEliminarLeo y releo. Pienso, pero no logro encontrar el sentido. Estoy convencido que el problema está en mí.
ResponderEliminarVolveré a leer el resto de los comentarios.
Mientras tanto, seguiré pensando.
Un abrazo,
El retrato de la sombra nunca es el auténtico retrato... ¿pero alguno lo es? El mundo de los retratos es provisional;-)
ResponderEliminarUn beso y un poco de asombro.
Relatar la sombra de adentro es salir hacia afuera.
ResponderEliminarLa idea de la sombra de la sombra, y de su concatenación infinita. Original, copia, copia de la copia. Vértigo, sin duda. Me encantó Gemma.
ResponderEliminarAbrazos.
Gemma, los titubeos de la luz se empeñan en los contornos. Nada enseña más que proyectar la buena sombra.
ResponderEliminarAbrazos arqueados.
Sergio Astorga
La sombra traza una relación con la posición del Sol. Ese autorretrato es veraz en cuanto a nuestras pretensiones.
ResponderEliminarLa sombra sabe lo que nombra, pero tambien sabe que no importa. Para los que andamos en lascivia fotográfica,es una amante perfecta.
ResponderEliminarTus palabras, Gemma, sombras luminosas.
Un pe tó assolejat.
Desdibujada sombra para quien dibuja tan bien sombras ajenas.
ResponderEliminarPuñado de besos.
Araceli, jaja. A ti resulta casi imposible hacerlo. Me consta. Un beso!
ResponderEliminarPedro, el juego se establece entre el retrato y el autorretrato, por un lado, y el ser y la sombra por otro. La afirmación es claramente ambigua, como lo son siempre las sombras. Si la fotografía es un espejo, retratar la propia sombra equivaldría a reconocer que la foto ha sido realizada por la propia sombra, y de ahí el autorretrato. Así pues, la interpretación procede de resolver qué entendemos por "autorretrato de la propia sombra": si una foto de ella misma o bien una de nuestra esencia. Espero haber arrojado un poco de luz. Abrazos
Olga, y sin embargo también nosotros cambiamos a una velocidad parecida..., y de ahí nuestro asombro y el de Araceli. :-)
Un beso
Marita, me parece muy buena definición, aunque también creo que para que la figura se complete es preciso dejar que la de fuera nos contenga. Un saludo cordial
Agus, esa condena al desdoblamiento sin fin me parece, además de vertiginosa, agotadora. Y muy propio de nuestro tiempo. Besos
Sergio, ahí tienes el arte sumo de las sombras chinas; mucho más que sombras sin duda. Un abrazo!
Nano, de acuerdo con ese protagonismo central del sol, se me ocurre que el cuerpo es a la tierra lo que la sombra a la luna. Nuestras pretensiones serían, por tanto, un tenue claroscuro. Abrazos
Josep, la sombra tiene a veces mayor definición por ese sentido de ensayo o de borrador (de vida vivida de antemano y con fuerza por tanto) que alberga inevitablemente... Petons
Lola, la ambigüedad es sombra siempre. :-) Muy lista, tú!