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..Blancanieves y los siete enanitosBlancanieves se va con aquel príncipe de todos los cuentos, pero ¿por qué no le vale un enanito para el final feliz? Cruel doncella, ¿es que no sientes nada por los siete corazones quebrados tras las siete colinas, tras los siete arroyos?
Anelio Rodríguez, Relación de seres imprescindibles, Ediciones del Oeste, Badajoz, 1998, p. 85.
..Pero, ¿le vale una doncella cruel?De todos los cuentos, Blancanieves y los siete enanitos. Para que el final feliz no se quiebre, aquel príncipe no siente nada por que Blancanieves se vaya tras los siete corazones por los siete arroyos, contra las siete colinas enanitas.Anelio Rodríguez, Relación de seres imprescindibles, Ediciones del Oeste, Badajoz, 1998, p. 85.
Como hace Adriá con su tortilla desestructurada, haces un botino ejercicio de "desestructuración" con este texto. Me ha gustado su sabor. Estupendo.
ResponderEliminarA mí me parece muy moderno el segundo. Pero me lo he pasado bien con los dos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Manu, jaja, no lo había pensado pero tienes razón. De hecho, en estos malabares me propongo un ejercicio semejante: descomponer para recomponer, transmitiendo siempre -eso resulta imprescindible- algún que otro sentido. Un abrazo fuerte
ResponderEliminarIsabel, se trataba precisamente de eso mismo: de actualizar el cuento, poniéndolo al día en lo posible. El texto de Anelio Rodríguez es, desde luego, estupendo. (Lo celebro.)
Besos
Original versión del cuento. Me gustó. Y también la diversidad cromática de las letras, jeje
ResponderEliminarUn saludo indio
Se de buena fuente que por lo menos cinco de los siete enanitos cabalgaron con el principe por las praderas del amor desigual. Tambien se rumorea que a Blancanieves la han visto platicando con marineros sin perfil en los entresijos de una novela de Onetti.
ResponderEliminar¡Hay que ver las vueltas que da la vida!
Un pe tó principesco.
Gemma, de los siete comentarios que tenía, todos anões (enanos) han sido seducidos por una princesita cobriza, los celos de la blanca Nieves se dejaron sentir y de consuelo se quedó con el príncipe.
ResponderEliminarPreocupado también por los finales felices y porque las princesas crueles descomponen el arquetipo, estoy de acuerdo contigo: de todos los cuentos Blanca Nieves y sus inevitables enanitos siete.
Abrazos que te cuento.
Sergio Astorga
Descomponer para recomponer, como hace el jazz con ciertas melodías. Un abrazo
ResponderEliminarIndio, 'Blancanieves' se me antoja el cuento más chino (y hasta indio) de todos... :-) Un abrazo
ResponderEliminarJosep, jaja. De siete, cinco, príncipe aparte; ¡no está nada mal!
Pe tons
Sergio, me ha gustado eso de que se quedara con el príncipe a modo de consuelo... Abrazos sin cuento (ni descuento) para ti
Javier, desde luego, no sería un mal título para estos malabares: Juegos de jazz. :-)
Un beso
A todos, mis disculpas por la tardanza en contestar.
ResponderEliminarLa visión crítica de Anelio Rodríguez: qué perceptiva.
ResponderEliminarLa visión feliz tuya: qué deseable.
La visión de Anelio Rodríguez podría ser la del enanito gruñón (tras sentirse despechado, y decidir hablar en nombre de sus hermanos). La mía, en cambio, sólo alcanza a ser la formulación de un imposible.
ResponderEliminarBesos, Nano