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-Ve por ese camino todo derecho, y cuando llegues al final hazte con tu deseo, ¡corre! Y que no te preocupe si, de pronto, te parece excesivo e inoportuno, le había dicho el mendigo aquella mañana insólita de luna llena.
-Pero ¿para qué?, ¿por qué debo hacerlo?
-¿No ves cómo la luna te agujerea con ojo pálido, mientras el sol se embosca en tu cabello travieso?
-Sí.
-Pues entonces date prisa, ¡no pierdas más tiempo!
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* Paul Delvaux, Soledad, 1955.
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Son muy buenos. Me siento aludida con este microrelato de hoy. Ah, vengo de parte de Freia!
ResponderEliminarBesos.
Por dios, qué inquietante es siempre Paul Delvaux y, ¿por qué no es mucho más conocido? Tiene un montón de obras, por ejemplo, esta, que no había visto.
ResponderEliminarPues bien, qué texto tan reflectante del sentimiento del cuadro. Es como si fueran la misma intención expresada en colores y en palabras.
Habrá que procurar que no te pase como a Delvaux.
Me encanta la imagen, me encanta el texto. Hay esta ve zuna fusión tal de imagen y texto que soy incapaz de separarlos. Me gusta la historia, me inquieta, me parece onírica, como introducirme en el cuadro y caminar por él.
ResponderEliminarUn abrazo Gemma.
Gracias, Nameit. Muy bien recomendada vienes entonces. Sé bienvenida.
ResponderEliminarNano, no sabes cuánto me alegra coincidir contigo. Por cierto, ¿qué le pasó a Delvaux, si puede saberse?
Abrazos
Rosana, Delvaux es un pintor muy sugerente; cargado de misterio y de sentido. Otro para ti
Pues le haremos caso a la voz consejera y bajo la luna diurna, correremos.
ResponderEliminarFantástico, querida Gemma.Literalmente. Además.
Un abrazo,
Izaskun
¡A por los deseos! Si se sabe cuales son, no hay más que ir a buscarlos. Todo está a nuestro favor, la luna, el sol y sabemos el camino.
ResponderEliminarUn beso, Gemma
Mucho lirismo en este texto estupendo. Gracias por el aporte y el acercamiento al pintor. Un abrazo.
ResponderEliminarGemma, el problema de la seducción es que nos encamina a una promesa ciega. La seducción es una señal, seguirla es un acto de arrojo y de inconsciencia.
ResponderEliminarMe gustan estos textos e imágenes surreales, porque son subversivas, retadoras, revoltosas.
Un abrazo señalado.
Sergio Astorga
-¿No ves cómo la luna te agujerea con ojo pálido, mientras el sol se embosca en tu cabello travieso?
ResponderEliminarEsta frase es súblime. Enhorabuena.
Un saludo indio
Un texto redondo con imágenes muy poderosas. Impactante en su sencillez.
ResponderEliminarAbrazos dobles.
Creo que, aunque muy reconocido, por mantener ese ¿surrealismo? fuera de época, y seguir con la (inquietante) figuración, aunque es conocido y de culto, no lo es todo lo que debiera. Algo parecido como lo de Bathus. Lo digo porque me sorprende que gente que no pestañea ante el nombre de un abstracto norteamericano, enarca las cejas en señal de desconocimiento cuando le hablas de Delvaux o de Balthus.
ResponderEliminarSolo eso. Y quiero que tus escritos terminen siendo masivamente aceptados y conocidos. De ahí.
Bravo, me encantó. La explicación del mendigo es justa y necesaria. Brillo y vértigo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
PABLO GONZ
A mí me entra una especie de prisa, vamos, ya...
ResponderEliminarQue el fin de semana sea propicio y también tu te "hagas" con tus deseos.
Kisses.
Fabuloso, Gemma, la explicación del mendigo es maravillosa, poderosa, irrefutable. Porque las señales existen, sólo hay que saber verlas.
ResponderEliminarUn beso grande.
Maravilloso Delvaux en su serie nocturnas de trenes. Este brilla a través de los ojos de la niña aunque no los muestre.
ResponderEliminarEl texto encierra toda la magia que reproduce la imangen.
Saludos.
No sé apreciar las señales, como a la protagonista de tu micro necesito a alguien que me las traduzca, que me indique a dónde debo dirigirme y sobre todo por qué, ese por qué, será el primer paso de acercamiento hacia la dirección que debo seguir. La mayoría del tiempo miramos sin ver, o miramos lo que tenemos delante pero sólo vemos lo que dejamos atrás.
ResponderEliminarMuy buena la imagen.
Saludos
Ambas, imagen y texto, se buscan, se esconden, se encuentran; ambas proponen e indican -señalan el norte justo en el sur y aciertan-.
ResponderEliminarEnhorabuena y un petó.
Sabio y poético consejo. Los vagabundos saben como nadie de lunas y soles. Un abrazo.
ResponderEliminarHas "pintado" un texto muy bello, Gemma. Es tan visual que parece un cuadro de palabras.
ResponderEliminar¿No ves cómo la luna te agujerea con ojo pálido, mientras el sol se embosca en tu cabello travieso?
ResponderEliminarSi me hubieran preguntado esto, yo también hubiera corrido.
A todos, disculpad mi tardanza en contestar...
ResponderEliminarIzaskun, las lunas diurnas nunca mienten. :-)
Un abrazo bien fuerte
Torcuato, jaja. Cuando las señales son propicias, es absurdo no seguirlas; yo también lo creo. Gracias y un abrazo
Maite, celebro que te agrade. Otro para ti
Sergio, el arrojo y la inconsciencia como señales de nuestro deseo; muy cierto. Un abrazo gordo
Indio, esa frase es justamente la señal que puede llegar a alcanzarnos, si nos mostramos atentos. Un abrazo
Lola, qué bien que te guste. Mil gracias
Nano, y de ahí también que me entren ganas de nombrarte mi albacea. :-)
Besones
Pablo, "brillo y vértigo". Acabas de definir con precisión el efecto que suelen provocar las señales... Gracias y un abrazo
Sister, mil gracias. Si vienes a Barcelona por mayo, tal como me dices en tu blog, nos vemos seguro. Besos
Jesus, saber verlas y cumplirlas, en efecto, aunque quizá sea esto último lo más costoso... Más besos
Verdial, el rostro que la niña oculta como si fuera -ella también- el de la propia luna. Gracias y bienvenida
Adita, "miramos sin ver", y sin entender apenas. Muy lúcidas tus palabras. Un abrazo grande
Josep, a veces sucede -tú lo sabes muy bien- que el norte se encuentra en el sur. En su mismo centro para ser exactos. Pe tons :-)
Isabel, yo también lo creo. Celebro coincidir contigo. Un abrazo y muchas gracias
Manu, me gusta eso que dices: pintar textos con palabras o recrear imágenes con ellas. Gracias y un beso
Esteban, no me cabe ninguna duda al respecto. :-)
Abrazos
El cuadro genera una cadena de pensamientos muy bien plasmada en tu micro. Bien mirado, no es tan de noche como para que la chica se detenga. No es tan de día como para que avance tranquila.
ResponderEliminarCon sol y luna, y cielo oscuro y sombras largas, es, sin duda, el momento de correr.
Un saludo
...y hasta de soñar.
ResponderEliminarUn abrazo, Gabriel