domingo, 11 de abril de 2010

Qué reencuentro

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Venganza
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Después de tantos años reencuentro a la que me ignoró completamente cuando muchacho y disfruto la venganza de verla vieja tan acabada tan arrugada. Ella no puede verme porque sólo el recuerdo hace visibles los fantasmas.
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Luis Britto García, Andanada, Thule, Barcelona, 2004.
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Qué reencuentro.....
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Acabada la venganza, los fantasmas del recuerdo se hacen visibles: ¿por qué me ignoraría ella tantos años? Cuando muchacho, no podía ver a la venganza, tan vieja y arrugada; sólo después disfruto de verla tan completa. Acabada la venganza, los fantasmas del recuerdo se hacen visibles: ¿por qué me ignoraría ella tantos años?...
(Y así hasta el fastidio.)
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8 comentarios:

  1. ¿Puedo sustituir el fastidio último por recuerdo? Al fin y al cabo el recuerdo suele ser un fastidio.

    Besos.

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  2. Como siempre haces malabares con las palabras, y te quedan que ni clavadas.
    Besos.

    Salud y República

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  3. Querida Gemma, me sentí dentro de esa hélice eterna, hasta el fastidio en la vida viendo y siendo visto siempre a trozos, siempre desde fuera...
    Como siempre, genial.
    Un beso,

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  4. Una espiral de venganza y reencuentro. Me encanta como juegas con las palabras, con los poemas.
    Besos

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  5. Ay, qué inútil es la venganza cuando al protagonista le hubiera gustado mucho más no haber tenido que vengarse;-)
    "¿Por qué me ignoraría ella tantos años?"
    Y así para siempre, siempre, siempre... Con su no a cuestas. Y con sus propias arrugas, invisibles para ella porque no le importa nada, ni para vengarse (lo cual es una terrible venganza;-)
    Me gusta esa rueda inútilmente vengativa; para mí,habla de la impotencia.
    Besos, sister.

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  6. Sustituye lo que quieras, Adanero. No quiero ni pensar lo que podría pasar si te digo que no. ;-P
    Un abrazo

    Rafa, me atraía la idea de darle la vuelta a cierta justificación del sentimiento de venganza... Un beso y, como siempre, gracias

    Izaskun, acabada la venganza vuelve el tormento que se creía superado. O eso creo. Y de ahí la hélice que gira obsesiva como la culpa. Besos

    Anabel, la venganza es un no querer romper con lo que dolió en su momento. De ahí que me resulte tan enfermiza como el odio, con el que tanto comparte. Gracias y un beso

    Olga, efectivamente: la venganza como conjura (supuesta) del rencor y del resentimiento obsesivo. Una práctica, ésta, que no resuelve nada, pues sólo ahonda en el dolor. Habla de la impotencia -como bien dices-. Un besazo

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  7. Gemma, no es por venganza por lo que realizo este comentario después de leer tus conclusiones, es la gana de fantasear con los fantasmas de los reencuentros.
    La indiferencia es mucho más dolorosa que el efímero éxito de la revancha dijo el espejo cuando reabrieron su caso.

    Un abrazo fuerte para evitar los olvidos.
    Sergio Astorga

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  8. Los reencuentros están llenos de fantasmas, en efecto. Pero, a su vez, los fantasmas están ansiosos de que sigan produciéndose dichos encuentros. (¿Qué sería de ellos -de los fantasmas-, si no?)
    ;-)
    Un memorial de abrazos para ti

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"