lunes, 5 de octubre de 2009

Silente delirio

..Yo delirio,


tú delirias,
él deliria.
..
Nosotros deliriamos,.y vosotros.
.
Y, con ellos, Manuel.
.
Gracias, Aída
.



..

10 comentarios:

  1. Que grande eres Maga-Mega-Gemma.
    Un beso.

    Salud y República

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  2. ¿No séra... deliro, deliras, delira...?

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  3. El microdelirio perfecto.

    Gracias Mega-Maga Gemma.

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  4. Por cierto, bellísima la S que describe tu poema delirante.

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  5. Enigmática entrada, Gemma. Se me alcanza hasta el delirante juego de palabras con el delirio. ¿Quién es Manuel? ¿Y Aída? Hay claves que se me escapan, que me hacen más delirante la entrada, más crípticamente delirante. Así que yo delirio, tu delirias y ¿Manuel?
    Un abrazo delirante nen medio del delirio, Javier.

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  6. Rafa, es un verdadero goce poder colaborar en una revista con tantos colorines. ;-P
    (¡Me encanta!) Otro beso

    Adanero, eso mismo, sí. Bien por Delirio y todos sus artífices y responsables. ;-)

    Izaskun, sé de buena tinta que a Aída le encantaría que más gente se animara a colaborar con ellos, con sus textos. Te lo digo porque a lo mejor te interesa colaborar en el próximo número. Besos

    Eterna, es, no lo dudes. Pero yo te puedo asegurar que quienes lean Delirio, deliriarán más que otra cosa. ;-P

    Sergio, besos. ¿No te animarías tú también con tus textos a participar? Más besos

    Freia, a mí me ha gustado mucho poder leer tus bellos textos sinestésicos... ¡A ver si se repite! Un abrazo

    Javier, tienes razón: me pasé de enigmática. Para remediarlo, he adjuntado la revista electrónica que ellos hacen. Son siempre números monográficos, y puede colaborar en principio quienquiera.
    Un beso

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  7. Perdón por mi ignorancia, Gemma. Después de dejar el comentario vi la revista. Por cierto que al entrar desde el enlace, se bloqueó el ordenador y tuve que hacer "reset" con lo cual me quedé delirando o deliriando, no sé...
    Un abrazo, Javier.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"