... ...
Recién apagadas las luces, los actores ocupan sus puestos con alguna que otra carrera nerviosa por el escenario. La función está a punto de empezar. Para cuando se alce el telón, los diversos personajes habrán logrado erradicar de las tablas presencias tan espurias.
...
Y los personajes se harán dueños de esos cuerpos, y desaparecerá el pavor escénico y como -casi-siempre saldrá bien. Y después los actores, recuperando su identidad saciarán su ansiedad guardada desde el inicio. Menudas sensaciones que da el arte.
ResponderEliminarEntre bambalinas anda el juego.
ResponderEliminarEn un desdoblamiento de múltiples yos escondidos, que tan sólo esperan inquietos que se levante el telón para despojarse de sí mismos y jugar con nosotros.
Un besito, Mega.
Algo semejante les ocurre a otros cuando cogen papel y bolígrafo; claro que los personajes no siempre logran expulsar del todo a tan espurias presencias, que se niegan a abandonar el escenario y entorpecen la representación.
ResponderEliminarSaludo veraniegos.
Conozco actores a los que les gustaría imprimir esto y pegarlo en el camerino.
ResponderEliminar(Y seres vivos también, también).
Te llamaré Gemma Escalpelo.
Nán, a los que queráis seguir llamándome Mega, tenéis por supuesto mi permiso... Ocurre que Mega nació como sobrenombre irónico pero, cosas del azar, al final me parecía excesivo que desbancara mi verdadero nombre...
ResponderEliminar(Me complace que compruebes que tengo mi punto radical, jeje...).
Lo bueno de estos micromegas es que son reversibles, como mi nombre. ;-P
Juli, fíjate que te voy a confesar una cosa: de no haber estudiado literatura, me hubiera gustado muchísimo ser actriz de teatro (o al menos intentarlo). Me fascina ese mundo. (Gracias por tu comentario y bienvenida).
ResponderEliminarEva, a veces -sospecho- y como apunta Nán, hay personas con pinta de personajes y personajes que son más persona que los de carne y hueso. (Esa es, probablemente, una de las maravillas del teatro).
Besos
Viajero, desde luego. Muy unamuniano tu comentario. ¿A ti no te parece una suerte que ciertos personajes puedan mejorar a la persona que los representa... aunque sólo sea por ósmosis?
Un abrazo
Tachán tachán. se abre el telón, y la magia se hace realidad. Es maravilloso. Bellísimo micro. Qué mundo el del teatro. Qué maravilla los personajes cobrando vida.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte, Gemma, de esta semana no pasa que te escriba.
Abrazos,
Mega, !dos, dos tandas por un sólo boleto! Caballeros y Bonitas, dos dos tandas dos!
ResponderEliminarLevantar el telón, otra vida.
Un abrazo a escena.
Sergio Astorga
Izaskun, avisada quedo. Aquí en Berlín ponen unos montajes alucinantes (solemos frecuentar la Berliner Ensamble, el teatro que fundara Brecht, y la Schäubühne, en la Ku'dam)... Están a la vanguardia de lo que suele verse (a veces copiando a saco) en España... Besos
ResponderEliminarSergio, no se te pasa ni una...:
Y mientras cae el telón, Mega recupera su verdadera naturaleza de patito feo. ;-P
Abrazos
Querida Gema (o Mega)el mundo es un gran teatro, y alguno no sabría vivir si no es actuando.Lo malo es creerse demasiado el papel y acabar confundiendo los planos.Aunque también se puede vivir detrás del telón.Todo es cuestión de opciones vitales.Un beso guapa.
ResponderEliminarMarisa, un gran teatro fascinante. Que la representacón no siempre sea sinónimo de falsedad, sino de todo lo contrario (dado que, en ocasiones, el disimulo o la simulación se hallan al servicio de una verdad), lo hace todavía más interesante. Un abrazo
ResponderEliminarQue el mundo es un gran teatro, lo saben hasta los niños. Con eso de la sinceridad... cuánto me río. No elegimos tanto, qué va, y lo peor es el resentimiento de quien se queda detrás del telón porque no le han dado papel, cuando mataría por estar delante.
ResponderEliminarAceptar el teatro es vivir.
Hacerlo con honestidad es la leche;-)
Besazo, Gema.