Síndrome del emperador:
cada vez son más frecuentes las denuncias de padres contra hijos que sufren el síndrome del emperador. El término hace referencia a la conducta de los niños o adolescentes que se comportan como pequeños tiranos y no dudan en maltratar verbal y físicamente a sus progenitores para lograr sus caprichos. El País semanal, 31/5/09.
-Eres una tíapesada, ¿lo sabías? No pienso hacer más deberes, ni hoy ni mañana; ¡entérate ya!
El mocoso que habla de esta guisa tiene 9 años y mucho carácter. Se llama Miguel. La madre ha decidido mostrarse inflexible.
-Tú siempre con el mismo rollo, ¿no?, gimotea fuera de sí. Que si recoge la mesa, que si fíjate qué hora es, que si quita los pies de ahí, pero ¡qué-rollo-de-tía!
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Cuando, después de perseguirlo por toda la casa, le dé alcance, lo sujetará bien fuerte por el brazo. Incapaz de calmarlo -el niño se le revuelve-, esta vez le ha asestado un guantazo. Un abismo queda retumbando en el aire .
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En vano recibe el niño su castigo. Colérico y más lloroso que ella misma, decide emprenderla con su madre:
-¡Toma y toma, tíapesada!
Él sí le ha dado una buena lección.
-Y no vayas a gritarme más, tíarrollo.
Han sido sus últimas palabras.
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qué miedo
ResponderEliminarY qué pena. Sobre todo por ellos, que, una vez fuera de casa, van a recibir bofetadas de muy diversos tipos hasta en el carnet de identidad.
ResponderEliminarDe todas maneras, hay muchas formas distintas de permitir que un niño se endiose y todas dan la misma pena, sólo que ésta es mucho más desagradable.
Uf.
Ainss, estos niños que nos tienen hasta la madre... (que es caso de decirlo). Recuerdo aùn el caso de la madre que abofeteô a su hijo y la metieron presa y con orden de alejamiento, porque su nene le habîa lanzado una zapatilla en la cara.
ResponderEliminarEn fin Mega, es tal cual en muchos de los casos lo que relatas.
La educaciôn supongo que es un largo, arduo y constante diàlogo permanente. Un estar, un decir "te quiero", un dar y ofrecer mucho pero que mucho cariño, y tomarse el tiempo que este loco s XXI no nos permite pues siempre hay algo màs importante por hacer que ocuparse de los nuestros.
Un beso, querida Mega.
P.S. Excelente post que merecerîa debates, y debates..
pero qué niño más insoportable...él si que es un tíopesado...(mira que ultimamente me estoy volviendo maternal...pero a este mocoso...)
ResponderEliminarqué difícil, de todas formas, el debate que planteas...
qué difícil
un beso fuerte!
Aroa, desde luego que sí, a mí también me lo daría.
ResponderEliminarOlga, pena de la grande, sí. Toda la razón. Sobre todo si se topan por ahí con otros iguales que ellos. Esperemos que todos estos casos se revelen, pasado un tiempo, como aislados y circunstanciales, y sobre todo, recuperables...
Eva, yo también lo creo. Un "estar y decir permanente", lo has dicho tú muy bien. Todo parece, en efecto, que vaya en contra de las necesidades educativas de nuestra sociedad. Porque no sé cómo será en Francia, pero en Alemania, la educación de niños y jóvenes es vivida por la familia y el colegio como algo fundamental, y no con el desprecio que se percibe aquí...
María, muy difícil, cierto, sobre todo si no hay una estrategia compartida por los padres, o como sucede en este micro, si el niño reproduce como un monito de repetición el mismo desprecio y maltrato que el padre infringe a su mujer, y que el crío no hace sino reproducir al llamarla "tíapesada" o "tíarrollo", por ejemplo.
Besos a las cuatro
Dificilísimo debate, mucho miedo y excelente micro. ¿Será así toda la nueva serie? Porque de serlo tendré que empastillarme o algo...
ResponderEliminarEl relato me parece magnífico y la cuestión complicadísima. Como docente veía rápido el problema en la familia, como madre no sé dónde meterme.
Un beso fuerte, fuerte.
Mega, no voy a ser rabieta con la realidad, mas estos emperadores comienzan desde la cuna y existe una generación perdida (padres y madres) el estado nunca lo ha sabido (hablo por mi experiencia en México y Portugal) que no saben que hacer, han sobrevalorado peligros y menospreciado dirección.
ResponderEliminarEl amor no es darlo todo, es darlo cuando se necesita.
Tengo una duda Mega, tu texto sería una estampa literaria?
Un abrazo encaprichado.
Sergio Astorga
Mega... que micro!! Despues de parir a los niños, debiera poder expulsarse junto con la placenta, algún manualcito explicativo....
ResponderEliminarCondigo con Sergio, "el amor no es darlo todo" ...
Saludos afectuosos.
Izaskun, jaja, no tengo ni idea. De todos modos, es un debate que habría que realizar en profundidad, ahondando en las causas y en las soluciones posibles (¿educación-educación y más educación?). Comparto con Sergio la necesidad de limitar (y, por tanto, de encauzar) a los críos, de no dejar que se conviertan en tiranzuelos... Yo no tengo hijos pero sí dos sobrinos que aceptan (mejor que peor) los límites (porque en eso -creo- consiste crecer, en aprender a respetar otras necesidades más allá de la suya propia.) Besos
ResponderEliminarSergio, ¿estampa literaria, micro, micro hecho sobre la base de una estampa? Yo siempre me propongo hacer micros, y creo estar haciéndolos, aunque vete a saber si en ocasiones el resultado los define como otra cosa... ;-P (No me preocupa demasiado). Sea como fuere, el micro se alimenta de formas genéricas breves apropiándoselas y fagocitándolas. Un abrazo
Fabiana, me alegra que lo creas así. Supongo que muchos padres están demasiado cansados para hacerlo mejor. Y es una verdadera pena. Saludos afectuosos
(Y creo que "el miedo al que dirán" ha sido una de las causas de que exista una preocupación mayor por guardar las formas que por educar en serio)...
Excelente, excelente. Y no se trata de un síndrome raro.
ResponderEliminarEn el piso de abajo tengo unos vecinos con una hija que no puede competir con su hermano, el "emperador", no se cortan de deci qué guapo es delante de todos. Un día subía con el niño, unos 9 años, y el padre en el ascensor. Hablaba con el padre y de pronto el niño me mira y me dice "hijoputa". El padre sonríe, le acaricia la cabeza y dice: "es un malote".
"Y un maleducado", contesté. Se lo tomó a mal.
En los últimos años he tenido más de un alumno con ese síndrome; especialmente en el centro donde estuve el curso 2007-08. Verdaderamente da miedo lo que algunos niños hacen con sus padres, pero paradójicamente,en casi todos los casos es una situación que los propios padres han provocado y alimentado pues todo empieza por consentirles todo porque, como te dicen, se sienten culpables por no poder estar más con sus hijos y comprarles cosas es un modo de comprar su cariño. una verdadera lástima
ResponderEliminarYo no fui una niña tirana, pero sí mal hablada. Mi madre (en tiempos de la cocoa)me daba un sopapo en la boca y me decía: Lávate la boca con jabón.
ResponderEliminarY yo le contestaba: Lávatela tú primero.
Los niños son loros, grandes imitadores.
Un abrazo.
Nano, ¿quién se lo tomó a mal? ¿El padre o el hijo?... En mi escalera hay un padre con un niño de tres años con los que me cruzo a menudo. El niñito sólo sabe lloriquear, patalear, berrear y demás variantes (de momento no le he visto hacer otra cosa), mientras el padre simula indiferencia ante los berrinches sucesivos de su hijito, como si en realidad le diera igual (¿le dará igual?)... Esta situación se repite sin fin. (La última vez que coincidimos, no pude contenerme y le pregunté, sonriente, al niño: -Y tú, ¿por qué estás siempre tan enfadado? A ver). El niño se calmó de golpe...
ResponderEliminarAnnete, has dado en el centro mismo de la diana. No podría estar más de acuerdo contigo. Un abrazo
(¿No tenías antes otro nombre?)
Lilian, yo también lo creo. Y sin embargo, a mí no me permitieron jamás ni tonterías ni malos comportamientos. En cuanto me pasaba de la raya (o ellos consideraban que me había pasado de la raya), castigo al canto... Besos
Hola Mega,hay tantos emperadores por ahí sueltos que a veces entran ganas de dar un golpe de estado;lo peor es que sus papás están encantados y los dejan a su libre
ResponderEliminaralbedrio,sobre todo en los sitios públicos, para que nos den el coñazo a los demás.Los niños no tienen culpa.Así nos va.Abrazo.(quizá me he pasado en el comentario).
Bambú, por desgracia hay niños pesadísimos (síntoma de su falta de educación). Los primeros responsables son, en efecto, sus padres, a veces tan asilvestrados como sus propias criaturas. Un beso
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