jueves, 12 de febrero de 2009

Inversión

..

El fotógrafo prepara su trípode y mete la cabeza bajo la manga. Aprieta el botón. Todo lo que ve delante del objetivo se precipita hacia él. Queda en el mundo un hueco incomprensible. Ya no se podrá llenar con nada.
.
Antonio Fernández Molina, "Esa máquina", Las huellas del equilibrista, Menoscuarto, 2005.
.
Él mete toda la cabeza, se prepara y aprieta el botón. El fotógrafo se precipita, incomprensible, hacia el mundo. Bajo su trípode ya no queda un objetivo: en adelante, con nada podrá llenar lo que vea el hueco de la manga.
..

13 comentarios:

  1. Otra de tus joyitas malabares.No sabría decirte el motivo, pero me ha recordado a Magritte.

    ResponderEliminar
  2. Precioso juego malabar que da sentido a una nueva frase con más fuerza que la primera. Y es que, querida Mega, barajas las palabras mejor que Tamarit las cartas.

    Salud y República

    ResponderEliminar
  3. Mega, el ojo es comido por lo que ve,es literalmente tragado, engullido a otra dimensión, a otra ventana, tal vez por la que miramos ahora.
    Los malabares del vacío se expanden con la mirada.
    Exitante texto.
    Un abrazo invertido.
    Sergio Astorga

    ResponderEliminar
  4. M'encanten les teves frases malabars. La segona versió m'agrada més: ja no es precipita tot el que té davant cap a ell, ans ell es precipita cap el món.

    ResponderEliminar
  5. "El fotógrafo se precipita, incomprensible, hacia el mundo".
    Pues sí, es que además tienes razón:-)
    Me encantan.

    ResponderEliminar
  6. Araceli, te ha recordado bien. A mí casi todos los microrrelatos de Fernández Molina me recuerdan, de hecho, a Magritte. Es un pintor de imágenes sorprendente. Me ha hecho gracia que coincidamos. ;-)
    Por lo demás, en caso de existir una literatura que fuera verdaderamente surrealista, la suya lo sería como pocas.

    Rafa, jaja. Seguro que a ti también te encantaba ver a Tamarit por la tele, con su ¡tachán-tachán!, sus redobles de tambores y tiro-riros de violines.

    Sergio, me guardo para mí esa frase enigmática que acabas de soltar como si nada: "Los malabares del vacío se expanden con la mirada", jeje.

    Txell, gràcies. És que a mi em sembla que som nosaltres els que, en tot cas, ens precipitem vers el món... Quant al fotògraf, jo crec que les fotografies d'autor més aconseguides són, alhora, maneres que té l'artista de retratar-se a si mateix..., una mena d'autoretrats paisagístics, com si diguéssim.

    Olga, sin duda, determinados paisajes, temas y motivos son capaces de definir a un fotógrafo tanto o mejor de lo que lo haría un autorretrato, sí. Por lo demás, las buenas fotografías poseen siempre la extraña peculiaridad de retratar al autor de las mismas..., aunque sea indirectamente.

    Besos

    ResponderEliminar
  7. La próxima vez que vaya a apretar el disparador de mi cámara me lo pensaré antes, no sea que el mundo me absorba.
    Se me viene a la memoria los indios (de la pluma) cuando al inicio de la fotografía se negaban a retratarse porque decían que se les robaba el alma. A ver si va a ser verdad.
    Magnifico juego malabar de palabras.
    Salud, República y Socialismo

    ResponderEliminar
  8. Oye, pero mira que eres genial.
    Que sepas que llevo un rato intentando cambiar las frases y sólo me han salido cosas raras:
    Que si el fotógrafo mete la cabeza en el hueco de la manga, que si el trípode adquiere vida propia y aprieta el botón, que si el mundo se podrá llenar con un botón, que si el objetivo se precipita hacia la nada...

    Ayssss, cuánto valoro tu trabajo malabar. (Yo me he vuelto loca perdida intentándolo)

    Besos.

    ResponderEliminar
  9. Me ha parecido el mejor recuerdo a Cortázar de los que hemos puesto.

    Y ya se sabe lo que dice el refrán: El que esté "mal al bar".

    ResponderEliminar
  10. Pues quedas tú a la zaga enn surrealizar la imagen. Bellísima inversión, Mega, esta que deja el trípode sin objetivo.
    Un abrazo.
    Izaskun

    ResponderEliminar
  11. Haces magia con las palabras, moldeándolas.

    La imagen del fotógrafo precipitándose al mundo es bella y vertiginosa. Y más sugerente que la del mundo precipitándose al objetivo.

    bss

    ResponderEliminar
  12. Antonio, jaja. Pues para mí que los indios tenían razón... en cuanto a lo primero, no temas: en tus fotografías se echa de ver enseguida que el mundo ha sido absorbido por tu mirada.

    Augusta, jaja. Pues yo te lo agradezco mucho. Lo que son las cosas: a mí tus pinturas sí que me parecen malabares de verdad...

    Nán, pues aunque no pretendía ser un homenaje a Cortázar, desde ahora mismo te tomo la palabra y declaro la sección malabar "homenaje perpetuo" al más grande de los cronopios. Sea.

    Izaskun, rizar el rizo es uno de mis juegos favoritos. Y las imágenes surrealistas de AFM se prestan a ello que es un primor, jaja.

    Lara, mega poeta.

    Marina, celebro que te haya gustado. ¿No te parece a ti que de la misma manera que el mundo queda atrapado por el objetivo de la cámara, el fotógrafo lo está en cada una de sus fotos? Lo lógico era que terminara diluyéndose al fin...

    Besos y abrazos a repartir

    ResponderEliminar

.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"