lujuria.(Del lat. luxurĭa).1. f. Vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los deleites carnales.2. f. Exceso o demasía en algunas cosas...Fuente: DRAE (2001)
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Y de pronto, aquel pinchazo en los pulmones, tal vez junto al corazón. Y la certeza de haberla visto asomarse apenas un segundo por encima de la barandilla, su mismo rostro ovalado, su graciosa figura, para luego verla desaparecer. Y desearla..
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Saberlo y querer alcanzarla de pronto para que sepa al menos que la viste, que la reconociste entre la multitud con sólo echar un vistazo, que serías capaz de reconocerla entre mil multitudes sin vacilar. Y, enseguida, perderla.
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Verla desaparecer entre la marea y el desdén de una multitud imperturbable mientras tu deseo aguarda todavía. Perderla una vez más entre la gente, mientras ese oleaje de dolor que te resistes a acatar te riega el corazón y te inunda los pulmones, dispuesto a embestirte cuantas veces haga falta para que aprendas de una vez por todas que seguirás deseándola en su ausencia. Como el ahogado que en realidad eres.
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No debería hacerlo, pero lo escribiré: ¡qué pasada!
ResponderEliminarMagnífico, mega.
Un abrazo,
Izaskun
Magníficamente expresado el deseo de lo utópico: El amor no correspondido o el amor imposible. Un beso.
ResponderEliminarSalud y República
Perseguir, perseguir, buena manera de avivar el deseo y la lujuria.
ResponderEliminarEste micro es un juego estupendo. Ese constante verla, desearla y perderla tiene el movimiento ondulante de las olas, que se cierra al final magníficamente con la última frase. Y el puente y el agua como fronteras entre la vida y la muerte. Redondo, Mega.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las imágenes y su codicia: lujuria del ahogado.
ResponderEliminarExelente.
Sergio Astorga
Siempre deseando lo que se desvanece. Lo que desaparece. Suena obsceno, lujurioso... Y real.
ResponderEliminarQué bueno, Mega.
¡Besos!
A veces pasa, Mega, que me regalas un momento de verdadero disfrute leyendo una entrada tuya.
ResponderEliminarNo puede ser siempre, claro, pero cuando es... es increíble.
Muy buen relato, sí señor. Felicidades.
ResponderEliminarIzaskun, ¡qué bien que te parezca bueno! Abrazos de vuelta agradecidos
ResponderEliminarRafa, el deseo de lo utópico e inalcanzable que, por lo mismo, nunca se agota. Otro beso para ti
Antonio, perseguir y perder, y volver a perseguir para ver si esta vez. Abrazos
Antonio, a mí lo que me parece estupendo es tu lectura, que tiene más jugo que el micro, jaja. Quise, efectivamente, transmitir esa sensacón de vaivén y marea. De mareo y ahogo. Un beso
Sergio, gracias por tu amabilidad. Lo de "Lujuria del ahogado" podría ser un título estupendo... Un abrazo
Augusta, desear y llorar lo que se pierde, justo. Besos de vuelta
Nadie, lo celebro de veras. Muchas gracias y bienvenida. ;-)
Araceli, gracias a ti también. Quería escribir algo que no fuera obvio con respecto al título.
A mí también me ha encantado. Y el segundo párrafo me parece magistral. Felicidades, Mega.
ResponderEliminarEspléndido Mega. Y la comparación entre el ahogo real y el que el deseo provoca... resulta inquietante y muy muy sugerente también.
ResponderEliminarPrima mein liebe Zaubererin!
Herman, lo celebro. Muchas gracias y un abrazo.
ResponderEliminarFreia, el deseo es siempre un ahogo real, ¿no te parece? ;-)
A fin de cuentas, todo enamorado es un enfermo de amor, para decirlo a la manera antigua.
Abrazos
Creo que en los comentarios anteriores está todo lo que diría de este micro.
ResponderEliminarRealmente magnifico.
Un beso
Triana