La bondad es la única inversión que nunca quiebra.
Henry David THOREAU
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1.- De tan bondadoso como era, un día se quebró.
.......De tan bondadoso como era, un día quebró.
.......De tan bondadoso como era, un día le quebraron.
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2.- Aun siendo bondadosa, sólo recibía requiebros.
.......Aun siendo bondadosa, hizo caso omiso de todo requiebro.
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3.- Bondadoso, lo que es decir bondadoso, no era; antes bien, carecía de todo corazón. Quienes lo trataron aseguraban que, en realidad, era un lobo disfrazado de cordero. Eso sí: el tipo se sabía de memoria todas las enseñanzas de THOREAU, quien solía decir aquello de que "la bondad es la única inversión que nunca quiebra".
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MICROMEGAS
¿Bondad? Ya no sé si esta palabra acabará arrinconada en el baúl de las entelequias. En todo caso, como dijo Nietzsche (o Woody Allen, no estoy muy seguro), "Los monos son demasiado buenos como para que el hombre pueda descender de ellos".
ResponderEliminarMe parece interesante tu idea de escribir varios textos (variaciones) sobre un mismo tema. De estos tres que parten de la frase sobre la bondad, el que más me gusta es el primero, que, a mi modo de ver, en realidad son tres, pues cada frase por sí misma es una microhistoria diferente.
ResponderEliminarSobre la frase de Thoreau, opino que actualmente el concepto de bondad está muy devaluado en la sociedad en que vivimos, ¿no crees?
Saludos.
Del 3 podemos decir que tenía una bondad quebradiza.
ResponderEliminarDe tan bondadoso que era, se hizo conocida estrella de cine: BOND-OSO. Un saludo, Mega, con esta broma frívola, típica de estas fechas.
ResponderEliminarManuel, a mí también me llamó la atención que, no hace tanto, todavía se reivindicara tan maltrecha palabra. ¿Cómo puede un valor perderse tan deprisa?
ResponderEliminarBuena frase.
Luisa, sí lo creo. No sé si de ahí va a salir algo interesante, pero aprovechando que estamos en agosto, pensé que esta serie de variaciones podían servirme de ensayo, de campo de pruebas.
De este modo, si en la serie anterior me propuse reflejar los cambios susceptibles de producirse en nuestro ánimo en torno a un mismo pensamiento a lo largo del día, esta vez quise explorar la bondad como tal para ver qué podía dar de sí aquí y ahora, entre nosotros... De momento, creo que la pobre ha cosechado un absoluto descrédito...
Nán, jaja. Quebradiza y quebrantable. ;-P
Antonio, jaja. Muy inspirado te veo. ;-P
Abrazos
Como ejercicio literario de este período estival, estas variaciones resultan de lo más interesantes. Tienes toda la razón: de aquó puede surgir algo interesante.
ResponderEliminarSigo con antención tus (des)variaciones.
Saludos sureños.
Mega
ResponderEliminarCuando la bondad se mezcla con la inocencia, el bondadoso se suele llevar todos los golpes. Y el perverso se aprovecha del bondadoso porque conoce sus debilidades.
Salud, República y Socialismo
¿Era en el buen sentido de la palabra bueno?
ResponderEliminarYo sigo abonada a la primera variación. Variaciones sobre la variación más bien en este caso. Me resisto a que la palabra bondad caiga en desuso. Me niego...
ResponderEliminarNo soportaría la inteligencia si no va acompañada de la bondad, aunque tengamos que pasarnos la vida especificando continuamente, como Machado, que intentamos a diario ser un hombre bueno y no un buen hombre.
Viajero, gracias por tu interés. Ya veremos qué da de sí la cosa...
ResponderEliminar;-P
Saludos
Antonio, justo, sí señor. A mí lo que me interesa de verdad no es tanto el descrédito de la bondad en sí, cuanto la perversión del que no puede dejar de vapulearla...
Como si la una llamara a la otra efectivamente.
Carmen, era en el sentido de buenazo-hasta-la-médula. De incapacitado para el mal e incluso la malicia. ¿Por qué no tiene buena prensa la bondad? (¡Ojo!, que no digo la tontería).
Freia, tener un espíritu bueno me parece algo tan necesario hoy en día, tan valioso...
Besos a diestro y siniestro
De quebradizo que era, parecía bondadoso.
ResponderEliminarUn saludo.
Adanero, jaja. Tu vuelta de tortilla me gusta más.
ResponderEliminar;-P
Bastan buenos ojos para ser bondadoso ¿no?
ResponderEliminarBuenos ojos y buenas obras, Dieguku, que no todo el monte es orégano...
ResponderEliminarPues lo que realmente hay que cuidar es de ser agradecidos. A quienes nos piden bondad insistiva e injustificadamente muchas veces hay que ponerles el cascabel.
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