domingo, 27 de enero de 2008

Despido inminente

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Tras ser expulsado de la empresa, el chico deambulaba de aquí para allá sin ánimo de hacer nada; malhumorado e irritable; sin entender todavía el enfado del director. Que Eva le gustara no lo creía razón suficiente para recibir un castigo tan desmedido, tan sin contemplaciones. En realidad, le parecía injusto y cruel, propio de un alma despiadada, se decía para sí. No lograba comprender por qué su vida había cambiado de forma tan radical por el solo hecho de haber saboreado aquella fruta madura, si al fin y al cabo lo hizo a escondidas, con total discreción. Cierto que en horario de oficina estaba terminantemente prohibido acercarse a las chicas, charlar con ellas y reír, pero él había demostrado hasta la fecha una capacidad de trabajo, una fidelidad y obediencia, un respeto, en suma, que de pronto veía despreciados y pisoteados sin la menor consideración. No tenía sentido... A menos que, ahora caía en la cuenta, al jefe le gustara Eva tanto como a él.
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Resignado, cogió la chaqueta y, sin más preámbulos, se encaminó hacia la puerta de atrás de los grandes almacenes, abandonando para siempre El Paraíso.
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4 comentarios:

  1. Jajaja Mega. A Dardo le va a encantar tu micropost...
    No le falta razón al pobre A. Al fin y al cabo, lo hizo porque la chica le gustaba. El jefe no tenía por qué haberse puesto así.
    Jajaja. Nunca se me habría ocurrido. ¡Esta Mega...!

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  2. Estupenda versión alternativa.

    Ahora se comprende todo: el problema no era la manzana, sino Evita y (sobre todo) el deseo del Jefe de tener el campo libre para cortejarla, una vez que se deshizo del molesto competidor A.

    Pero ¿se conformó A.? ¿Contraatacó desde fuera del edén?

    Pienso que A. tendría que rebelarse (aunque fuera aliándose con la serpiente). A fin de cuentas, ya no tenía nada que perder. Desde luego que A. tendría que vengarse: esto no debería quedar así.

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  3. De tan evidente, no habíamos caído en la cuenta, ¿no os parece? ;-)

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  4. Pero ¿lo que le gustaba al director hasta el absurdo eran las manzanas.... no? Por eso echo a E.... y también a A.

    Está muy feo eso de robarle al director su comida favorita.

    :-D

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"