domingo, 2 de julio de 2006
La vida según el alfabeto: la A
Ayer apareció Amanda apesadumbrada (¿o acaso fuera anteayer?). Andaba algo arisca y así anduvo, asqueada, hasta el amanecer. Ahora avanza, al fin, ágil como una ardilla, con el alma ardiente aunque alerta por si acaso. A pesar de habérsele anquilosado las articulaciones, se afana aún por aminorar asperezas. Aspira a... ¡respirar!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
No hay comentarios:
Publicar un comentario