domingo, 2 de julio de 2006

La vida según el alfabeto: la B y la V

Benito barruntó bebiéndose un vaso de vino: -¡Bandido!-. Vivía bajo la verja de Venancio, "el bizco".
Le bastó que el botarate de su vecino vapuleara en el valle a sus bondadosas vacas, para verse vilmente vilipendiado. Si bien solía ser un bendito, veces hubo en que su bravura había brillado valerosa.
Véase, si no, los veinte balazos que verificaron el vencimiento del bizco. Sin visado, le dio el visto bueno. Y Venancio vislumbró la verdad.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"