martes, 9 de octubre de 2018

y III


El agua brinca entre matas fragantes
de maleza esplendorosa
que sus verdes sumerge
hasta que el sol se esponja.

No hay rencor alguno
en este agreste Valle.
Ni Madre Dolorosa
que cese en su llorar.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"