Cuatrocientos setenta y nueve
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A veces un sentimiento te atrapa en su cedazo.
De nada sirve entonces repensar las cosas,
De nada racionalizarlas, y ya no digamos
racionarlas. (Absolutamente
de nada.)
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
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