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Esperanzada, corro a tu encuentro. No me respalda ni la sensatez ni ese futuro incierto que hoy parece, una vez más, dispuesto a perpetuarse. Hablamos toda la tarde sin descanso, entregados al vertiginoso ejercicio de mirarnos. Una risa suelta nos brota a cada rato. El tiempo da implacables dentelladas con gesto distante. No será prudente, pero yo pienso seguir yendo a tu encuentro cada vez que te distinga a lo lejos y vea brillar tus ojos como ascuas, mientras reímos encendidos; compartir contigo, mientras dure, este raro instante.
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Energía espectacular. A mí me va costando añadir ese ímpetu al paso del tiempo.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un texto emotivo y lleno de intimismo lírico; todo yo tiende hacia el otro, y es mejor hacerlo con los brazos abiertos del afecto. Mis mejores deseos para el nuevo año.
ResponderEliminarNano, pero sólo cuando la vida te arrastra. Un beso
ResponderEliminarJosé Luis, yo también lo creo. Gracias por tus palabras y buenos deseos.
Feliz año para ambos