jueves, 5 de marzo de 2015

Doscientos cuarenta

.
El silencio es elocuente, toda vez que el diálogo va siempre por dentro. 
Cuando el diálogo en cuestión deja de ser mudo, ya no hablamos de silencio sino del ágil y fluctuante monólogo o soliloquio. No es extraño que este último luzca mejor a ojos vistas, ante un público invisible que atienda sus respectivas razones.
.
.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho el genero del Aforismo, bueno, en realidad me gusta casi todo lo breve. Microrrelato, Nanorelato, etc...
    Me gusta mucho tu blog Gema. Te sigo.
    Éste de esta entrada es genial!
    Saludos!
    Sandra.

    ResponderEliminar

.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"