Yo a mí compañera se lo digo. A veces, por capricho o porque es necesario, sigo viendo su cara o su cuerpo debajo de lo que hay ahora. No suele coincidir con esta fecha, claro. Voy a mi bola.
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Gemma:
ResponderEliminarNo tengo dudas de eso. Abrazos juveniles hoy que se puede.
Yo a mí compañera se lo digo. A veces, por capricho o porque es necesario, sigo viendo su cara o su cuerpo debajo de lo que hay ahora. No suele coincidir con esta fecha, claro. Voy a mi bola.
ResponderEliminar¡Abrazos fuertes para ambos!
ResponderEliminarLa juventud, se encuentra en el fondo de la mirada. No se pierde, ni se recupera, olvidamos mirar a través suyo. Un beso y feliz año.
ResponderEliminarPara mi, la juventud, se encuentra en el fondo de la mirada. No se pierde, ni se recupera, olvidamos mirar a través suyo. Un beso y feliz año, guapa.
ResponderEliminarY el primer día del año, la decrepitud vuelve a aparecer en la resaca que refleja el espejo
ResponderEliminarMuy cierto, Araceli.
ResponderEliminarGracias por insistir, L. Mariano.
Abrazos