. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Otro acierto más. No hay más que ver a dos pequeñines, niño y niña jugando.
ResponderEliminarDisfruto paseando por tu blog.
Abrazos
Y a mí me das una alegría. También yo disfruto con el tuyo.
ResponderEliminarAbrazos