. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Mejor nos iría que lo hiciera a media jornada. Yo, por aquello de confundir al malvado enemigo, corto leña con Miles Davis.
ResponderEliminarUn pe tó, Gemma.
Haces bien. Miles Davis siempre resulta un acierto, qué duda cabe.
ResponderEliminarAbrazos i petons