sábado, 22 de marzo de 2014

Ciento cincuenta y tres

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La completud del ser roza lo putrefacto.
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2 comentarios:

  1. me gusta, quizás por la extrañeza que me ha producido en la primera lectura. Pero es cierto. Nada hay perfecto.

    Un abrazo.

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  2. Lo perfecto no existe. Somos un tránsito (por suerte).
    Abrazo de vuelta

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"