… y lo escupió de su boca no por frío ni ardiente, sino por tibio (vivimos bajo la dulce y cruel tiranía de lo tibio, una feroz dictadura que persigue, juzga y condena cualquier disidencia térmica).
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
… y lo escupió de su boca no por frío ni ardiente, sino por tibio (vivimos bajo la dulce y cruel tiranía de lo tibio, una feroz dictadura que persigue, juzga y condena cualquier disidencia térmica).
ResponderEliminarUn beso para nada tibio, Gemma.
Los vehementes descubren sus cartas como acto de presentación.
ResponderEliminartrès agréable présenter , je fait l’amour ce site web , continuer à le concerne !
ResponderEliminarLa tibieza actual consiste precisamente en creer que todo está bien... siempre y cuando nos convenga (o beneficie).
ResponderEliminarAbrazos fuertes