Veintitrés
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Cuando el pasado supone una afrenta para el presente, la falta de viveza de este ambiciona a menudo la sustancia de aquel.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
Pues a mí me gustaría que no fuera así, Gemma. Es más, vivo para condimentar y eliminar esa insulsez.
ResponderEliminarUn abrazo.
La nostalgia de la tristeza, del desaliento, al fin y al cabo es eso, nostalgia. Qué bien lo cuentas, hasta parece fácil.
ResponderEliminarAbrazos.
Pedro, pretenderlo ya es lograrlo (aunque a menudo nos demos cuenta sólo con la edad)... :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Agus, jaja. Lo difícil es aceptarlo.
Un beso
Si es un manifiesto, lo firmo.
ResponderEliminarJajaja, Nano.
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