Me encanta Broke Shaden. La descubrí a través de Antón. Y puede ser que toda perfección roce siempre lo putrefacto, como todo lo que alcanza su plenitud solo puede ya empeorar. Roza ese límite, el de la decadencia.
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
¡Qué belleza!
ResponderEliminar¡Me ha obligado a consultar el diccionario!
ResponderEliminarCon respecto al texto:
¡Puff! ¿Cómo acomodarnos a ello, sentirnos cómodos con ello?
La imagen de miedo o piedad.
Por eso, mejor quedarse justo en medio...
ResponderEliminarMe encanta Broke Shaden. La descubrí a través de Antón. Y puede ser que toda perfección roce siempre lo putrefacto, como todo lo que alcanza su plenitud solo puede ya empeorar. Roza ese límite, el de la decadencia.
ResponderEliminar¡Qué alegría, Isabel!
ResponderEliminarNano, y yo que creía que su sentido era (casi) transparente...
A ver qué te parece esta otra versión: la insatisfacción es nuestro consuelo...
Veronica, sabia decisión. Vivir sin excesos, aunque tampoco sin demasiadas renuncias, se me antoja el verdadero aprendizaje vital.
Olga, de hecho resulta tan irremediable como los movimientos de la sístole y la diástole, sister.
Abrazos y besos para todos