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VERSIÓN 2 Cada vez que le doy al "Me gusta", Facebook insiste en afirmar que somos tres, como si ser dos no fuera bastante. De igual modo, cada vez que porfía en preguntar: "¿Qué estás pensando?", un tercio de mí, llamémoslo el dominante, siente enormes deseos de corregir esa mala expresión. Menos mal que el segundo termina por convencerlo sobre la necesidad perentoria de llegar a un acuerdo con este Tamagotchi travieso y burlón. Palabra de oráculo.
Versión 1
Cada vez que le doy al "Me gusta", Facebook insiste en afirmar que somos tres, como si ser dos no fuera bastante. De igual modo, cada vez que porfía en preguntar: "¿Qué estás pensando?", el primer tercio de mí, llamémoslo el dominante, siente enormes deseos de corregir esa mala expresión, aunque al cabo el segundo se las arregle para convencerlo sobre la necesidad perentoria de llegar a un acuerdo con este Tamagotchi travieso y burlón. Palabra de oráculo.
* La foto es de Isabel Mª González, autora del blog Hoy voy a escribir.
* La foto es de Isabel Mª González, autora del blog Hoy voy a escribir.
Ya estás viviendo lo mismo que yo: una especie de enfrentamiento verbal (sintáctico, gramatical y hasta ideológico) con la máquina. Yo no lo soporté y acabé abandonando Facebook. Besos.
ResponderEliminarYa somos cuatro.
ResponderEliminarYa somos seis.
ResponderEliminarYa verás qué lío al final. Necesitaremos varios oráculos... para no saber.
Abrazos.
Antonio, Facebook resulta todo un enganche: quizá sea eso precisamente lo que me disgusta más del medio. Que nos haga depender tanto de él.
ResponderEliminarMás besos
Esteban, bienvenida sea entonces esa cuarta "corporeización" (término que, al parecer, no incorpora aún el DRAE).
Abrazos
Jaja, Olga. Desde luego, coincido contigo. Tiene la extraña capacidad de agrandar o empequeñecer, según se mire, las cosas, tal como ocurría con los espejos deformantes del callejón del gato. :-)
ResponderEliminarBesos
Facebook debe tener una especie de no sé qué, que nos atrae como moscas. Precisamente estoy viendo la peli sobre su creador y el invento funcionó desde que lo puso en marcha en la Universidad, a la que le petó el sistema de la cantidad de visitas que tuvo. Al fin y al cabo, somos animales sociales, en lo real, y en lo virtual. Un invento, en el fondo, la mar de sencillo, relacionarse al fin y al cabo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Manu. No sería justo subestimar su potencial. De momento, y como herramienta, te permite estar al tanto de mucho, cotilleos aparte. A fin de cuentas, es un medio que te permite compartir con mucha inmediatez. Y no olvidemos que cada cual le da el uso -y, sobre todo, la expresión- que le corresponde a su carácter.
ResponderEliminarUn abrazo
Has tocado un buen tema, mejor dicho, lo has escrito estupendamente y además en dos versiones, creo me quedo con la 2.
ResponderEliminarYo entro poco, no me engancha y mucho menos la frasecita a la que siempre contesto mentalmente: "Como que te voy a contar a ti lo que pienso, te quieres ir ya". Y la que se va soy yo, claro.
Besos
Quizá primer tercio y dominante lo encuentro un poco redundante, pero en lo demás prefiero la segunda versión. Y el éxito de facebook depende de que tu persona se divida en tres o cualquier otra cantidad impar. Si fuera par, el empate sería probable y con él el abandono de la red.
ResponderEliminarBesos, Gemma, estupendo texto, estupenda fotografía, Isabel (me he molestado en escribir fotografía con todas las letras, revelador, como cuando tu madre te llama por tu nombre completo).
Isabel, resulta tosco en su formulación, es cierto, pero a mí me engancha su potencial comunicativo. Aunque tenga más alcance el blog, qué duda cabe, el FB tiene una inmediatez y una privacidad mayor -al menos en mi configuración-, que me agradan. Es una herramienta que ha sabido integrar muy bien el chat, el correo electrónico y el tablón de anuncios o novedades. De ahí que lo vea como algo totalmente distinto del blog. Un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarJesus, muchas gracias por el apunte. Estoy de acuerdo contigo. La conjunción de "primero" y "dominante" en la primera versión resultaba excesiva. Lo cierto es que no me acababa de convencer sin saber del todo por qué; ahora ya lo sé. :-) Y vuelvo a estar de acuerdo con tu dictamen: el día que nos derivemos en una cifra par es probable que FB pierda buena parte de su atractivo...
La foto de Isabel seduce sobre todo por esa poderosa cadena de letras, tan atrayente por lo demás. Gracias y un beso
Te entiendo, a mí también me pasa.
ResponderEliminarBesos dobles, o triples, no sé.
Gemma, la sombra del otro tiene muchas caras, el nuevo oráculo es socarronamente especializado.
ResponderEliminarAbrazo sin pensar.
Sergio Astorga
Yo no tengo FB, ni Twitter, ni messenger, y vivo moderadamente feliz en la incosciencia de mi relativo aislamiento. De momento. Y no ha sido por desprecio ni por autosuficiencia, sino porque me reconozco fácil de esclavizar.
ResponderEliminarTengo mis dudas con respecto al primer tercio que comenta Jesus. Estoy de acuerdo en que la primera versión puede resultar redundante, pero me gusta mucho lo de "el primer tercio de mí", porque implica una partición previa y un orden, lógico y físico. En la segunda versión veo el orden jerárquico. Deduzco entonces que lo que me gusta es el físico, tal vez porque es más "fotográfico", más "de imagen".
Joé, me analizo, me analizo.
Gracias, Gemma.
Abrazo
Lola, jaja, besos triples entonces.
ResponderEliminarSergio, te salió un aforismo estupendo: "la sombra del otro tiene múltiples caras"... Por lo demás, es muy cierto que el oráculo FB da cabida a todas ellas y a algunas más. Un beso grande
Gabriel, pues te agradezco que me lo digas, pues no sabía yo si sonaría bien o demasiado recargado, pero es cierto que el partitivo queda más subrayado en la segunda versión que en la primera. Ahí dejo ambas versiones en barbecho por un tiempo hasta que las rescate con nuevos ojos. Besos y gracias
Gracias Gemma por utilizar mi fotografía para ilustrar.
ResponderEliminarEs curioso esto de las redes sociales, todos tenemos algún momento en el que pensamos en abandonar. Una vez a la semana como mínimo en mi caso. Logro vencer ese impulso, afortunadamente. Por el hecho de estar frente a una pantalla pensamos que es otro mundo, y lo llamamos virtual. Pero no lo es. Es el mismo en el que vivimos, solo se expresa de otra manera.
Un beso Gemma.