Hola, llegué hasta aquí justamente desde ficción minima. Compartimos el gusto por los microrrelatos. Me gustaron mucho los tuyos que he leído hasta ahora, y me quedo a leerte. Te invito a visitar mi living, espero que sea de tu agrado. Un beso, nos seguimos leyendo.
Isabel, celebro que te agraden. Pero mujer, el genio es otra cosa, ¿no te parece? En cualquier caso, me ha encantado veros por aquí y por allí. ;-) Un besazo
Fabiana, Sandra no sabía de la existencia de mi megalómano sobrenombre. Cuando empecé en el 2006, la costumbre de entonces era usar pseudónimos, y no el nombre propio, y de ahí que optara por uno cibernético (e irónico); pero debo de reconocer que poco a poco la bitácora ha ido creciendo y desarrollando una personalidad propia, y ya no sé qué hacer con este pseudónimo tan grandilocuente... Mega surgió como nombre pegadizo y anagrama fácil de mi nombre verdadero: Gemma. Tal vez haya llegado el momento de que empiece a firmar con mi nombre corriente... Por aquello de no añadir más confusión... Me lo pensaré...
Martín, bienvenido a estos sueños. He visitado tu bitácora y me ha interesado mucho. Te agradezco que hayas decidido dejarte caer por aquí. Saludos cordiales
Nán, jaja. Las reseñas biográficas, a menudo, desalojan más agua de la que les corresponde... A mí leer CV me provoca siempre extrañeza, como si hablaran de otro. Un abrazo
Izaskun, tú también, no lo dudes. Beso bien grande
Antonio, me propuse desmontar ese tópico medieval que postulaba la transformación de los amantes, pero en sentido inverso al ser hermafrodita de Platón que aparecía, si mal no recuerdo, en El banquete; reduciédolo al absurdo de lo literal... De hecho, una vez consumado el deseo, el amor también se transformaría. Un abrazo
Nano, jajaja. Está bien que te lo parezcan porque lo son; otra cosa sería que te hubieran parecido malogrados. ;-P
Sergio, acuso recibo de abrazo y te mando otro para ti. Más un beso
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Enhorabuena, mega. Me han gustado mucho tus microrrelatos. ¡Eres genial! Besos.
ResponderEliminarMEGA!!!! Te felicito. ( Sandra Bianchi me corrige tu nombre....yo use para saludarte tu apodo... Besos
ResponderEliminarHola, llegué hasta aquí justamente desde ficción minima. Compartimos el gusto por los microrrelatos. Me gustaron mucho los tuyos que he leído hasta ahora, y me quedo a leerte. Te invito a visitar mi living, espero que sea de tu agrado. Un beso, nos seguimos leyendo.
ResponderEliminarespléndidos. Y estupenda biografía.
ResponderEliminar¡Felicidades Mega! Ya te había visto allí y ahora me recreo en la forma de esta información. Eres magnífica.
ResponderEliminarBesos.
De allí vengo, de dejar mi comentario. Me gusta especialmente el del hermafrodita. Besos.
ResponderEliminarYa está bien de tanto peloteo. A mí estos relatos me parecen cortos.
ResponderEliminarMega, no te dí el abrazo allá pero te lo doy aquí.
ResponderEliminarCuestión de las ficciones.
Sergio Astorga
Isabel, celebro que te agraden. Pero mujer, el genio es otra cosa, ¿no te parece? En cualquier caso, me ha encantado veros por aquí y por allí. ;-)
ResponderEliminarUn besazo
Fabiana, Sandra no sabía de la existencia de mi megalómano sobrenombre. Cuando empecé en el 2006, la costumbre de entonces era usar pseudónimos, y no el nombre propio, y de ahí que optara por uno cibernético (e irónico); pero debo de reconocer que poco a poco la bitácora ha ido creciendo y desarrollando una personalidad propia, y ya no sé qué hacer con este pseudónimo tan grandilocuente... Mega surgió como nombre pegadizo y anagrama fácil de mi nombre verdadero: Gemma. Tal vez haya llegado el momento de que empiece a firmar con mi nombre corriente... Por aquello de no añadir más confusión... Me lo pensaré...
Martín, bienvenido a estos sueños. He visitado tu bitácora y me ha interesado mucho. Te agradezco que hayas decidido dejarte caer por aquí. Saludos cordiales
Nán, jaja. Las reseñas biográficas, a menudo, desalojan más agua de la que les corresponde... A mí leer CV me provoca siempre extrañeza, como si hablaran de otro. Un abrazo
Izaskun, tú también, no lo dudes. Beso bien grande
Antonio, me propuse desmontar ese tópico medieval que postulaba la transformación de los amantes, pero en sentido inverso al ser hermafrodita de Platón que aparecía, si mal no recuerdo, en El banquete; reduciédolo al absurdo de lo literal... De hecho, una vez consumado el deseo, el amor también se transformaría. Un abrazo
Nano, jajaja. Está bien que te lo parezcan porque lo son; otra cosa sería que te hubieran parecido malogrados. ;-P
Sergio, acuso recibo de abrazo y te mando otro para ti. Más un beso
Bueno, he intentado criticar, para que no se diga. El acierto o no de la crítica me traía ya al pairo. :-)
ResponderEliminarVi tus textos en Ficción Mínima, sí. Excelentes.
ResponderEliminarMe gustaría llevarlos (y a otros mas, si es posible) a Letras de Chile.
Un abrazo
L.
Lilian, ¡claro! Me encantará aparecer en Letras de Chile. En breve te mando unos cuantos.
ResponderEliminarUn beso grande y muchas gracias
(Este fin de semana he estado con unos amigos en una casa espléndida junto a un lago... ;-P )