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-¿A qué estás esperando? ¿No piensas subir?
-¿Para qué, si puede saberse? ¿Lo crees de veras necesario?
-En realidad, no; pero me hubiera gustado que subieras. Simplemente, no entiendo por qué te cuesta tanto...
-En realidad, no me cuesta nada. Espera, que ya subo.
-Déjalo, ¿quieres? Ya bajo yo.
-Así resulta imposible...
-Yo también acabo de darme cuenta.
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Es la eterna contradicción?
ResponderEliminarO es la pregunta sin respuestas,
la sinrazón de lo cotidiano,
la fatiga, al final de la ruta...
es eso lo que planteas?
Me pierdo...
BB
La monotonía lleva, a veces, a estas discusiones sin sentido. Como si hubiera la necesidad de buscar motivos para el enfrentamiento.
ResponderEliminarSalud y República
¡Ay, las indecisiones!...
ResponderEliminarMe gustan estas escenas mínimas. ¿Por qué en el blog se tiende cada vez más a lo breve?
Buena entrada.
Un abrazo, Javier.
Me olvidé de decir que la foto que ilustra la entrada es muy buena.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
No cuesta mucho bajarnos de nuestras convinciones y por eso hay tantas desavenencias mundiales.
ResponderEliminarSalud, República y Socialismo
Nuevos cambios: he acortado algo el diálogo...
ResponderEliminarEste diálogo me recuerda a una situación que todos hemos vivido, cuando dos personas van a cruzarse en un pasillo o una acera y las dos se desplazan hacia el mismo lado para dejar paso a la otra, y al intentar corregir el rumbo, vuelven a desplazarse ambas hacia el lado contrario... O aquel diálogo absurdo del que llama al telefonillo y dice "Hola, soy yo". Y contestan desde la casa: "Y yo soy yo, ¿y usted?" "Pues yo, yo, ¿y usted?"... Es como coger un instante fugaz de la vida y colocarlo entre dos espejos, que lo convierten en un absurdo desencuentro infinito. Un beso.
ResponderEliminarLa escalera da "Vértigo" muy a lo Hitchcock. Con la primavera, por lo que veo todos andàis/mos con los mismos temas, lluvia, escaleras, flores, alergias, fare niente,sangre, y la sintaxis del cuerpo ya sea en fotos o en textos.
ResponderEliminarTu diàlogo refleja esa subida y bajada de por sî, esa espiral de
los mismos gestos invadidos por la indecisiôn o la incomprensiôn, hastiados y que se pierden en una escalera de caracol, como la circularidad de tu relato, el cual me gustô mucho.
Un beso, linda.
El propio texto da algo de vértigo: el de lo cotidiano, el de los propios egoísmos, la falta de entrega a veces. En ocasiones, recapacitamos y lo solucionamos sobre la marcha. ¡Ay del día en que ya no tiene retorno, ni vuelta de hoja, ni solución!
ResponderEliminarBellísima foto y tremendo diálogo. Me temo que si tuviera que reflejar mi vida diálogos comó éste ocuparían una parte grandota en el tiempo. Muy bueno, Mega.
ResponderEliminarBesos.
Yo veo una cosa muy triste. Las pocas ganas de ir hacia el otro, tan pocas, que tampoco se tienen ganas de plantarse y no ir. Veo desinterés. Esa cosa fría como un cementerio.
ResponderEliminarCuando quieres ir, vuelas.
Eres muy eficaz.
Besos, Mega-Gema.
Hola Mega, veo un desinterés,hastío y hasta cierta falta de respeto en ese diálogo al que a veces llegamos cuando no hay mucho que decirse; la escalera aparece como una separación que parece no terminar nunca.Abrazos.
ResponderEliminar¿Por qué nos empeñamos en hacer complicado lo simple?
ResponderEliminarQué penosos, los desencuentros.
Y qué susceptibles, los humanos.
bss
BB, de entre las diversas opciones que barajas, me quedo con la fatiga que provoca siempre el desencuentro. Quise escenificar la falta de sintonía, lo absurdo que resulta cada vez que se impone. Y sí, el resultado es siempre una pérdida. Un abrazo
ResponderEliminarRafa, tienes razón. El enfrentamiento estalla siempre sin sentido. Nunca lo hay, me parece a mí. Un beso
Javier, siempre he pensado que las indecisiones son decisiones negativas, movidas por sentimientos negativos (la falta de ganas, la pereza, el desamor o el simple egoísmo) en lugar de por sentimientos positivos (sus contrarios).
Celebro de veras que te gusten estas escenas mínimas. Tal vez sean éstos (junto con la sección micromegas) mis escritos más concisos. ¿Por qué se tiende cada vez más a lo breve?, preguntas. Yo lo veo como una exigencia de la propia concisión de los textos. Un abrazo
Antonio, sin duda. Demasiadas veces se nos olvida que para que haya acuerdo, entendimiento o empatía, resulta esencial la naturalidad, entendida como ausencia de todo tipo de violencia. Abrazo
Antonio, el desencuentro tiene algo de abisal. De ahí que cuando nos atrape, a menudo resulte demasiado difícil zafarse de sus redes. Beso
Eva, y a mí me gustó mucho tu comentario. ;-)
En efecto, esa escalera resulta vertiginosa, pero es que yo creo que la caída en el absurdo y el desencuentro son como esa escalera, además de desalentadora. A veces, como dice Antonio, los desencuentros parecen infinitos. Otro beso
Freia querida. (¡Ay!) Lo expresaste muy bien. A veces nos enredamos y no resulta nada fácil mirar más allá. Menos mal que estos desencuentros son abismos salvables... por lo general. Besazo, meine Gräfin.
Izaskun, a mí estos diálogos me recuerdan lo complicadas que resultan, a veces, las relaciones. Cualquier relación, en realidad. Besazo
Olga, hay malos modos, y comportamiento viciado (o mala costumbre). O enfriamiento, o quizá simple desamor, o tristeza, tal como apuntas. O todo junto.
Un abrazo fuerte
Querida Bambú, muy cierto. Hay una distancia enorme, casi tan alta que da vértigo reconocerla. Muy bien expresado. Y un beso gordo para ti
Marina, y qué alegría tus palabras.
ResponderEliminarcomo la misma (vida), pero aquí al menos se dan cuenta (casi) a la vez
ResponderEliminarbeso muy grande
Estupenda la escalera y su foto.
ResponderEliminarCuando no hay ganas de decirse nada, las palabras se convierten en barreras defensivas. Está muy bien definido con ese diálogo.
Lara, jaja. ¿Te das cuenta de que has sido capaz de reconocer el único atisbo positivo de la escena? ;-P
ResponderEliminarOtro beso grande
Nano, esa escalera, si mal no recuerdo, forma parte del museo cubista de Praga. Me pareció una delicia. Las palabras pueden no comunicar, en efecto. Cuando eso se da, resulta terrorífico. Beso