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Las ruedas se encallan de continuo en el fango, entre piedras, hierbajos y rastrojos varios, no menos sarmentosos que sus pensamientos. Pero ella no abandona. Sabe que si no escapa hoy, una luz diáfana le estallará en mitad de la frente y ya no habrá noche ni mañana que valga; ni siquiera un pasado inhóspito que maldecir. Así que, sin pensárselo demasiado, ha cargado el carro con un puñado de pertenencias, dejando tras de sí los escasos enseres de valor que le quedaban. De lo contrario, no habría podido, simplemente.
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A las seis de la mañana partía el extraño cortejo. Los perros ladraron sin parar las seis primeras horas de trayecto. Una ristra de seis hijos, dos de ellos ajenos, formaba el séquito. Mudos de espanto iban, olisqueando a cada rato su abandono. Quejosos. Lastimeros.
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Doloroso, la triste actualidad de los refugiados. En esa madre hoy veo a las madres de Sudán, de Gaza, de Etiopía... Un abrazo solidario.
ResponderEliminarMega, olisquiar los abandonos, son las pertenencias en estas horas.
ResponderEliminarAbrazo mudo.
Sergio Astorga
Triste es tener que abandonar el lugar donde se nació y vivió, pero más terrible aún es no poder abandonarlo porque los muros y los tanques te lo impiden. Entonces solo te queda pedir al destino que la barbarie no te encuentre.
ResponderEliminarSalud, República y Socialismo
Huir si sepuede o desear que el destino te perdona. Muy triste. Como los tiempos que corren.
ResponderEliminarUn abrazo desolado.
Izaskun
Esto es el principio de una novela. Por lo menos.
ResponderEliminar¿Dónde está el resto?
Te mando un abrazo muy fuerte, sé que te debo un mail o dos, he estado muchos días fuera y ahora intento organizar las también pocas pertenencias.
¡ Cuántas "Mutter Courage" hay de por el mundo!
ResponderEliminarAntes, ahora y me temo que mientras dure esta locura en no menos de 50 lugares en el mundo... veremos impotentes muchas, muchas "Mutter Courage" " Mère courage" Impresionante descripción la tuya, Mega...Y real, tan real..
Una forta y carinyosa abraçada...
Un relato de lamentable actualidad. Me ha encantado lo de "ni siquiera un pasado inhóspito que maldecir".Tremendo. Muy bueno.
ResponderEliminarAntonio, cuánta razón.
ResponderEliminarSergio, los abandonos suelen ser elocuentemente mudos.
Antonio, me quedo con tus últimas palabras: pedir que la barbarie no les encuentre.
Izaskun, tiempos desolados sí, e irresponsables.
Larilla, gracias y descuida; ya he visto que por fin habías vuelto.
Selma, la imagen de esa madre que ideara Brecht se repite, ciertamente, en el tiempo. Y seguirá haciéndolo...
Araceli, tremenda la realidad de la zona, desde luego que sí.
Abrazos
AY, qué triste. Y necesario, también.
ResponderEliminarbss