miércoles, 21 de abril de 2010

Vislumbre

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Aunque a ti te parezca torcido, en realidad se mantiene más recto de lo que aparenta, me dijo. Compruébalo tú misma si no me crees; métete debajo.
Mi amigo se pasaba tardes enteras ahí, agazapado. Quise saber por qué diantres se comportaba de ese modo, merodeando como un poseso alrededor de aquel árbol. Ven conmigo y lo entenderás, me dijo. Pero tienes que hacer lo que yo. Le hice caso.
Confundidos bajo su fronda perdida, alcancé a vislumbrar el motivo por el que, desde aquel punto, nada era pasajero.
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sábado, 17 de abril de 2010

Paisanaje

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Un océano de rastrojos y retama sin fondo, pensó, con caña y paja de un solo color, de crecimiento salvaje. Mires adonde mires, siempre lo mismo: retahílas esparcidas de arbusto en movimiento y maleza viva; o hierba mala, que también la hay. Y el consabido cricrí amenizando la tempestad.
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jueves, 15 de abril de 2010

Árbor

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¿Viejo, yo? ¿Quién se atreve? ¿Quién lo dice? ¿Aquél? ¿Quién, veamos, es el valiente? ¿Aquel otro, tal vez? ¿Acaso soy sólo lo que mis ramas peladas, hirsutas, dañinas a veces, dejan ver? ¿Acaso estoy hecho sólo de brazos retorcidos, anudados, deshilados? ¿Sólo veis en mí esa madeja desgreñada que aparento ser? ¿Sólo eso creéis, maldita sea, seréis?
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martes, 13 de abril de 2010

Espinas

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Espinas
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La verdadera crueldad de las espinas no reside en tenerlas sino en irlas perdiendo, dejándolas prendidas en la azorada piel de quien tenga la osadía de acercársenos.
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Luisa Valenzuela, Brevs. Microrrelatos completos hasta hoy, Alción Editora, Córdoba (Argentina), 2004.
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Quién tuviera la osadía de la espina en la piel prendida,
en la crueldad azorada de irlas perdiendo,
o en no tenerlas,
dejándolas acercársenos
sin residencia de espina verdadera.
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Versión 2
Acérquense quienes tuvieran la osadía
de la espina
en la piel prendida,
en la crueldad azorada de no tenerlas verdaderas,
o en irlas perdiendo,
dejándolas sin residencia
de espina.
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Versión 3
Prendida en la piel, la osadía de la espina
-de crueldad azorada-
nos deja sin residencia.
Se acerca en quien vaya la espina perdiendo,
o de tenerlas, no las tenga en verdaderas.
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domingo, 11 de abril de 2010

Qué reencuentro

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Venganza
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Después de tantos años reencuentro a la que me ignoró completamente cuando muchacho y disfruto la venganza de verla vieja tan acabada tan arrugada. Ella no puede verme porque sólo el recuerdo hace visibles los fantasmas.
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Luis Britto García, Andanada, Thule, Barcelona, 2004.
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Qué reencuentro.....
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Acabada la venganza, los fantasmas del recuerdo se hacen visibles: ¿por qué me ignoraría ella tantos años? Cuando muchacho, no podía ver a la venganza, tan vieja y arrugada; sólo después disfruto de verla tan completa. Acabada la venganza, los fantasmas del recuerdo se hacen visibles: ¿por qué me ignoraría ella tantos años?...
(Y así hasta el fastidio.)
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viernes, 9 de abril de 2010

número 6


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* El autor del mural azul es Paco Martos, miembro del GRUPO FRIDA; al que también pertenece Gemma Vegas,
la autora del niño-mariposa.
El grupo de Aída G. Corrales edita y maqueta la revista, que podéis descargaros pinchando sobre la imagen siguiente:
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"