jueves, 20 de junio de 2013

Nuevas reseñas de La Danza

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Esta última semana la casualidad ha hecho que aparecieran casi a la vez dos críticas sobre La danza de las horas (Eclipsados, Zaragoza, 2012)

  • En Letras de Chile, a cargo de Denise Fresard.
  • Y en el suplemento de cultura "Artes y Letras", del Heraldo de Aragón, firmada por Olga Bernad.

Muchas gracias a las dos.


  


miércoles, 19 de junio de 2013

Desolación de la nada

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Salimos a almorzar. Pedimos. Nos sirven una pizza enorme, inextinguible, perpetua. Comemos con voracidad pese a que, por entonces, nos ha ido invadiendo la sensación creciente de haber sido engañados. Pagamos con disgusto aunque la pizza estuviera muy rica, malhumorados. De camino a casa, un viejo de pelo blanquísimo yace con sus dos perros bien avenidos junto a la boca del metro. Los devora un sol fiero mientras se acompañan. Tras tenderle la bolsa con los restos de pizza humeante, no puedo evitarlo: le doy las gracias.
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domingo, 16 de junio de 2013

Setenta y seis

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Lo que se escribe es nuestro. Pero no somos nosotros.
Carlos Pujol
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Un día fue nuestro cuanto escribimos. Tal vez mañana también lo sea.
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domingo, 9 de junio de 2013

Estela lívida

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Hay muertes 
que no 
terminan 
nunca
que se enquistan 
a cada rato
acostumbradas 
como están 
a consumirnos 
de a poco 
y a encostrarse
crispándonos 
sueños y letras 
mientras una estela 
lívida proyecta 
ansias 
de memoria 
dignas de un porvenir 
mucho más dulce. 
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Hay muertes que no terminan nuncaque se enquistan a cada ratoacostumbradas como están a consumirnos de a poco y a encostrarsecrispándonos sueños y letras mientras una estela lívida proyecta ansias de memoria dignas de un porvenir mucho más dulce.
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viernes, 7 de junio de 2013

Entresueño

Esta madrugada ha amanecido de improviso, como si a la noche la hubieran abandonado sus invitados. Serían las 3 o las 4 cuando los pájaros han estallado en un piar desconcertante de trinos orquestales, alborotándome la duermevela. El parto del día ha dado a luz un perfecto simulacro, pero no he podido conciliar el sueño de nuevo. ¿Por qué celebrarán así, cada vez, la misma jornada? ¿O es que acaso son siempre otros los pájaros?



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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"