"Tot són miralls", solía decir mi abuelo a la menor oportunidad. "Todo es épica y marketing", le respondía yo en mi adolescencia. Y desde entonces hasta hoy, la realidad no ha perdido una sola ocasión para imponerse.
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.