663

Hay tardes de amistad que las letras rescatan y que la memoria bendice con su lectura.

662

El amor pleno nos llena —sobre todo— de recuerdos.

661

Irse para volver. Volver a irse luego.

660

El corazón es un metrónomo iluso.

659

No hay verdad (que valga un ápice) sin afán de justicia 

—y viceversa—.

658

El atrevimiento de desear lo más natural. Sin afectaciones vanas.

657

Un goteo de ausencias y sentires. Eso es el tiempo.

656

En la oscuridad la misma luz irradia sombra.

655

Amor somete a crédulos y a incrédulos por igual. Y a conversos de diverso pelaje.

654

El olvido nos vacía el corazón.

653

Reducir la literatura a la abstracción esencial de su forma.

O reducir la forma a la literatura esencial.

O reducir la esencia de la literatura.

Para quintaesenciarla.

652

En poesía, pero también en el microrrelato y el aforismo, la brevedad tiene hechuras ciclópeas.

651

Tanto a la ópera como a la novela y el microrrelato les gusta el baile de máscaras; el travestismo.

650

Cuando el microrrelato se queda en los huesos, es fácil confundirlo con el aforismo.

649

Sin emoción, tampoco hay pensamiento.