Esplendor

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Entregarse a la vida como esas plantas al sol. Sin tibieza ni titubeos que valgan, sin remilgos, con parecido instinto de supervivencia, con igual apetito ciego. Dedicarse a ello sin descanso todos los días del año, desde la tranquilidad que da saberse miembro de pleno derecho de la comunidad, sin preocupaciones que valgan, ni temores excesivos por tanto, a resguardo del abrigo familiar. Preocuparse, en suma, por conservar la salud, por recibir en todo momento la máxima luz...
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Pero ¿qué sería, entonces, de la literatura (de esa otra vida secreta) si todas las ovejas, manzanas e hijas se hubieran revelado tan blancas y sanas, tan sumamente obedientes?
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felicidad.

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felicidad.
(Del lat. felicĭtas, -ātis).
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1. f. Estado de grata satisfacción, espiritual y física, altamente contagiosa, aunque fugaz o fugitiva en demasía.
2. f. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz a todo aquel que, por razón de su suerte favorable, capital o suma de ambas cosas, se halla en disposición de disfrutar de su estado sin mesura, sea éste presente, pasado, o futuro. Mi familia es mi felicidad.
3. f. Ausencia de inconvenientes, desgracias, molestias e incomodidades, así como de incordios, mareos, abusos o tropiezos de cualquier tipo en la realización de una tarea. Viajar con felicidad.
4. f. Estado de extraordinario bienestar más o menos duradero, espiritual y físico también, que suele expresar su dicha suma mediante una bobalicona sonrisa ad hoc.
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felicidades.
1. interj. U. para expresar felicitación o enhorabuena.

Vuestras ReDefiniciones (y ejemplos):
5. Pájaro inquieto o, incluso, espejismo que nos afanamos en recomponer. Quizás lo contagioso de ella sea precisamente el afán por rozarla, por tocarla un instante.
6. Ráfaga fugaz cuya persecución resulta inevitable. Grandes filósofos ya lo dijeron: el hombre tiende a la felicidad, la busca, la desea. Luego habrá que ver qué cosa hace feliz a cada uno. Yo no sé del hilo, Margarita es la que cose.
7. Instante fugitivo del tiempo que se nos permite detener con apenas una sonrisa, procedente de las pequeñas cosas de la vida.
8. Dícese de las pequeñas cosas, sensaciones y sentimientos de la vida, en extremo fugacísimas, pero recurrentes si has sabido crear la estructura adecuada.
9. Estado de ánimo que se reconoce por la sonrisa que invade ojos y boca. Sensación que nos gana, muy a nuestro pesar, cuando un niño cercano nos comparte sus risas.
10. En literatura es más tabú que el incesto. Una vez la poeta Olga Bernad escribió sobre un poco de felicidad y un señor se le enfadó o algo así...
11. Sensación que nos produce la visita al blog de Gemma, otrora Mega (Herman, en otro tiempo Javier Puche, dixit... ;-P).
12. Fe-li-ci-dad. Fu-ga-ci-dad. Sensación que dura lo que se tarda en deletrearla, por tanto: felífuga. Se cree que, si se habla mucho de ella, dura más.
13. Estado momentáneo, fugaz, de bienestar físico y mental, que a veces genera un cosquilleo interno, producido por un saludo, una sonrisa, una música, un paisaje, unas palabras, una noticia, un nacimiento, un beso, un silencio, unas risas, una mirada..., y miles de cosas más, imposibles de clasificar.
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Felicidad.
1. Con F mayúscula, una muy amiga de Nán, oriunda de Monforte, que se negó a tomar la curva después de una larga recta. Era muy suya.
2. Nombre propio de la pequeña amiga de Mafalda.
3. Mito con nombre femenino de talante juguetón y esquivo.
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Sombrero de ala ancha

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Después de agrandarse a un ritmo de vértigo, la sombra se ha acicalado con un sombrero de ala ancha y mucho vuelo, de ruedo vistoso. El sol se hallaba, probablemente, en el punto medio del equinoccio. Mientras el viento, en confusión perpetua, arrebujaba tímidos perfiles de otoño, las zancadas han vacilado un instante, hasta detener su paso de asombro. Del envés de su silueta ha surgido, de improviso, un cuerpo de blanco frío. Tiene el tamaño de una figurilla de adorno.

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