martes, 30 de septiembre de 2008

Antes del almuerzo

...
Una mujer solitaria espera sentada en la terraza de un bar. Final del verano. Toma cerveza y unas aceitunas antes del almuerzo.
...
EL PASADO QUE ASOMA: Disculpe, ¿está libre esta silla?
LA MUJER SOLITARIA SIN SABERLO: Claro, puede ocuparla si quiere.
EL PASADO QUE SIGUE ASOMANDO: ¿No le importa entonces si me siento con usted?
LA MUJER SOLITARIA: En absoluto. Por favor...
...
En cuanto se han visto, tanto el pasado que emerge como la mujer solitaria han tenido la misma extraña sensación.
...
EL PASADO CORPÓREO: Y dígame, ¿espera usted a alguien?
LA MUJER TODAVÍA SOLITARIA: No, qué va. Simplemente estaba haciendo tiempo.
EL PASADO CADA VEZ MÁS RESUELTO: Se lo decía porque tal vez no le importe que yo...
...
La mujer sentada no ha visto en ningún momento a ese señor como un seductor. Tampoco lo cree un pelma. Al cabo de un rato tiene que admitir que con muy pocas personas se siente tan a gusto sin motivo.
...
LA MUJER ACOMPAÑADA SIN SABERLO: Con muy poca gente se puede charlar sobre cualquier cosa...
EL PRETÉRITO IMPERFECTO: Muchas gracias, es cierto. ¿Cómo se llama?
LA MUJER ACOMPAÑADA : Martina, Martina González. ¿Y usted?
EL PASADO MÁS PRESENTE QUE NUNCA: Gonzalo Martín, jaja, qué cosas.
...
Por más que lo intenten, el pasado continuo no consigue acordarse de la mujer a la que acompaña. A ella le pasa igual.

Se hace tarde, así que ese día deciden comer juntos, y al otro también, hasta que ambos se dan cuenta de que podrían compartir un futuro simple. Tal vez uno compuesto con el correr de los años. La mujer, más acompañada y feliz que nunca, le dice que sí.
...

domingo, 28 de septiembre de 2008

Un futuro incierto

..
Se habían encontrado en el andén un día cualquiera. Ella se dio cuenta enseguida de que tenía su futuro al alcance de la mano, aunque en realidad no supiera cómo abordarlo. Fue entonces cuando el rostro sin rostro se le acercó.
.
EL FUTURO: Óyeme. Soy tu futuro, ¿no me reconoces? Mírame bien.
ELLA: Ya veo... No te me acerques más, ¿quieres?
EL FUTURO: Concédeme al menos un minuto...
.
Pero no pensaba concedérselo, así que viendo el futuro que si no actuaba rápido iba a perderla, trató de asirla por el brazo antes de que fuera tarde. Fue en vano: a la primera curva del convoy, saltaba triunfante a la vía.

jueves, 25 de septiembre de 2008

La mujer sin rostro

:
.
La mujer sin rostro la había increpado de pronto:
-Óyeme. Soy tu futuro, ¿querrás escucharme?
.
Pero no iba a querer, así que en cuanto el metro dio la primera curva, ella saltó.
.
Hacía tiempo que lo tenía decidido.
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"