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"Literal"
Soñé que era un árbol
y la cabeza se me llenó de pájaros.
Norah Scarpa Filsinger
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Soñé que era un pájaro y los árboles se me llenaron de plumas.
Soñé que era una ala maltrecha y deshojada.
Y que trémulos trinos en rama me emboscaban.
Soñé y soñé hasta que el bosque entero hubo escampado, feroz, toda su calma.
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El primer verso, libertad, el siguiente, prisión
ResponderEliminarQuerida Gemma, por favor, adelántanos más acerca de tu libro. Estoy en ascuas.
ResponderEliminarTorcuato, de la libertad a la prisión (y viceversa) puede haber apenas un trecho. Un abrazo
ResponderEliminarDaniel, en una semana confío en poder darte todos los detalles. Muchas gracias y un beso
No sé si es una sinestesia metonímica o una metonimia sinestésica... pero este pájaro-árbol es muy impactante, pura sensación. Me gusta mucho, tiene un perfume intensísimo.
ResponderEliminarAbrazos
Gemma, entre la rama y el sueño los arboles nace. Es verdad, hay un pájaro emboscado en todo esto.
ResponderEliminarRamal de abrazos.
Susana, me encanta ese recurso retórico que te has sacado de la manga. Si no existe, debería existir, ¿no te parece? Un beso y gracias
ResponderEliminarSergio, el pájaro emboscado debe de ser producto de esa atmósfera a la que se refiere Susana. ¡Gracias y un abrazo!
Así que supongo que, finalmente, la realidad se resolvió insatisfecha. Hizo bien el pájaro en emboscarse, sobre todo de esa manera tan vital.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Te creerás que no me había dado cuenta del paralelismo que estableces entre Veintiocho y Pájaro emboscado? Bien por tu perspicacia, María.
ResponderEliminarUn beso