sábado, 18 de febrero de 2012

Nueve

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En ocasiones un exceso de inteligencia estupidiza.
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De hecho, hay inteligencias que se anticipan a su propia estupidez.
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* La imagen procede del blog de Abel Murcia, Al trasluz, y lleva por título "Levitación en azul".
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8 comentarios:

  1. Lúcido aforismo. Siempre es un placer pasar por aquí. Besos.

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  2. Alguna vez leí (seguramente la cita es apócrifa) que en el pórtico de Delfos estaba escrita la frase "Nada en exceso"
    Exceso de inteligencia? Si tal situación es posible, coincido: seguramente estupidiza.

    Un abrazo

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  3. Me gusta este aforismo, que a través de contradicción nos deja pensando.

    Un abrazo.

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  4. Gemma, estoy de acuerdo, del mismo modo que decías en una entrada anterior que la perfección rozaba lo putrefacto. Durante el proceso de búsqueda de la esencia, de lo verdadero, hay un instante que ya no se puede ir más allá. Supongo que el arte estriba en discernir ese instante justo antes de la nada.

    Abrazos.

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  5. Creo que sí, es como pasarse de rosca, ¿no?

    Pero, claro, como tú lo dices es del todo bello.

    Abrazos.

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  6. Gemma, me quise anticipar pero me excedí.
    Disculpa.

    Abrazos sin IQ.
    Sergio Astorga

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  7. Hay inteligencias totalmente estúpidas, y estúpidos muy inteligentes. Mejor lejos que cerca.

    Abrazos normalitos.

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  8. Javier, te lo agradezco. Ya sabes que el gusto es mutuo. Más besos

    Patricia, si no un mal uso, un abuso de la misma; seguro que coincidimos.
    Abrazos

    Pedro, todo va a depender de cómo y al servicio de qué pongamos nuestra inteligencia. De acuerdo con ello, no puedo dejar de ver como más responsables a quienes desaprovechan en mayor medida su materia gris... Abrazos

    Agus, deberíamos aspirar al menos a exprimir en lo posible nuestras potencialidades, a no desaprovecharlas o malbaratarlas. Admiro a quienes así lo hacen, en la medida de sus posibilidades.
    Más abrazos

    Isabel, bueno, era un modo de hablar. En realidad me refería a todos aquellos que basan cualquier afirmación o juicio en la creencia de que, puesto que son ellos quienes hablan u opinan, no pueden equivocarse jamás... Nada más lejos de la realidad. Un gran beso

    Jaja, Sergio, pero si tú no te excedes nunca. Un abrazo malabar!

    Exactamente, Lola. Abrazos normalitos de vuelta. Da gusto reconocerse en los otros

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"