duna.
1. f. Colina de arena movediza y sinuosa que en los desiertos y en las playas o arenales, forma y empuja el viento, creando figuraciones de enorme calidad artística. U. m. en pl.
2. f. Montículo delicado y sin embargo azaroso, producido asimismo por periódicos embates de la naturaleza.
Vuestras ReDefiniciones
3. f. Yo sueño con palabras escritas sobre dunas. Palabras que se mueven. Es una necesidad constatar que siguen allí... Lenguas de arena sobre el horizonte. LENA YAU
4. f. Ganas de. LARA MORENO
5. f. Se llama al romance del viento y la arena. DUNA LILI
6. f. Son como el mar, de alguna forma te esclavizan y ya estás atrapado para siempre. El sonido, el sabor, las leves partículas incrustadas en la piel, el espejismo en el que todo fluye, en el que dormimos mientras recordamos y en el que proyectamos el deseo. Manos que agarran al amanecer y te acarician al anochecer, manos de arena, de sal. ADA
7. f. Parecen las circunvoluciones arenosas del algún cerebro terreno. SERGIO ASTORGA
8. f. Las dunas son montañas que dudan -tal vez versos de arena-. JOSEP VILAPLANA
9. f. Las forman diminutas memorias de rocas que se movieron por deseo de conocimiento y que, asustadas por lo que vieron, ahora se amontonan unas sobre otras. NANO
10. f. Son las señales que dejan los pies del cielo al avanzar. JESUS ESNAOLA
Me encanta, Gema.
ResponderEliminarYo sueño con palabras escritas sobre dunas.
Palabras que se mueven.
Qué imagen, la de Fuerte...siempre veo esas dunas desde Lanzarote.
Es una necesidad constatar que siguen allí...lenguas de arena sobre el horizonte.
Ganas de.
ResponderEliminarSiempre me han intrigado. Por su fragilidad y al mismo tiempo por su consistencia. Y claro, por sus movimientos sinuosos. Creo que captas su esencia con esa redefinición lírica.
ResponderEliminarAbrazos.
Para zambullirse en una ensoñación.
ResponderEliminarBesos ondulantes.
Brillante, sugerente, como un libro de arena en el que seguir escribiendo infinitamente.
ResponderEliminarLena, me gustan mucho tus versos. qué bueno sería que en los ejemplos del diccionario hubiera más versos. Puesto que los niños ya no estudian literatura, si no es como soporte de la clase de lengua, al menos, el diccionario podría remitirles de nuevo a la sustancia misma de la lengua: su literatura. Abrazos y bienvenida
ResponderEliminarLara, ganas de ser duna, supongo. Este estado sólo lo vas a poder alcanzar en cuanto principie el octavo mes. :-P
Besos
Duna Lili de Facebook, un placer tenerla en mi casa. De momento contamos sólo con unos cuantos visitantes; entre ellos, dos poetas, una de ellas en proceso dunístico, y dos microrrelatistas, pero no habíamos recibido todavía la visita en carne y arena de Duna. :-)
Lo dicho: un placer.
Besos
Agus, también la naturaleza es capaz de crear delicadas formas sin tiempo, destinadas como están a ser borradas en cualquier instante. Celebro que te guste la sección. Un beso
Lola, es cierto que tanto el mar como el desierto poseen la seducción de lo aparentemente quieto e inmutable, como ocurre con las aguas o arenas del sueño. Besos
Ricardo, mientras el pasar de las hojas bate las dunas. Un abrazo
Las dunas son como el mar, de alguna forma te esclavizan y ya estás atrapado para siempre. El sonido, el sabor, las leves partículas incrustadas en la piel, el espejismo en el que todo fluye, en el que dormimos mientras recordamos y en el que proyectamos el deseo. Manos que agarran al amanecer y te acarician al anochecer, manos de arena, de sal.
ResponderEliminarSaludos.
Gemma, estas dunas parecen las circunvoluciones arenosas del algún cerebro terreno.
ResponderEliminarAbrazo: demostración de afecto post-comentario.
Sergio Astorga
Ada y Sergio, recién incorporé vuestras aportaciones a la entrada. Muchas gracias por.
ResponderEliminarAbrazos
Las dunas son montañas que dudan -tal vez versos de arena-.
ResponderEliminarUn petó/miratge....
Eran ganas de subirla, más que de sentirme enterrada en ella (ya estoy en el octavo, ay).
ResponderEliminarBesos besos!
La duna la forman diminutas memorias de rocas que se movieron por deseo de conocimiento y, asustadas por lo que vieron, se amontonan una sobre otras.
ResponderEliminarJosep, dudan las dunas y por ello se desdicen a diario, cuánta razón. Petons
ResponderEliminarLara, jaja. O sea que al final fue la duna la que se te zampó y no al revés. :-) (Me lo imaginé...)
Rebesos
Nano, qué bueno verte por aquí. Ya empezaba a echarte un poquito de menos. Corro a incorporar tu aportación. Más besos
Vamos allá:
ResponderEliminarson las señales que dejan los pies del cielo al avanzar.
Me gusta este juego, como todo lo que encuentro por aquí.
Besos
Hola Gemma:
ResponderEliminarHacía días que quería pasar por aquí para dejarte algo, pero buee, lo de siempre, tiempo, trabajo etc.
Las dunas, las del desierto, claro, siempre me han llevado pensar que simbólicamente funcionan como paráfrasis de la sentencia que se le adjudica a Heráclito. Es decir podríamos afirmar que "Nunca pisarás dos veces la arena de un mismo desierto". La arena muta no sólo en el espacio que es lo suyo, sino también el tiempo que ya es cosa nuestra.
y me voy para la Casuística,
unbeso,
chau,
hugo
Jesus, lo celebro. Gracias por tu aportación. Un beso
ResponderEliminarHugo, muy cierto: la arena muta en el espacio y en el tiempo, aunque tengamos la percepción contraria.
Besos, y gracias por pasarte